Shangguan Pengfei, de 23 años y practicante de “sanda”, una disciplina china que mezcla técnicas del kung fu y el kickboxing, entre otras artes, murió en la mañana del Lunes tras semanas de esfuerzos médicos por salvarle, en un hospital de Haikou (isla sureña china de Hainan) en el que fue ingresado el 31 de octubre.
Ese día, Shangguan competía sobre el ring contra Cui Fei cuando éste le propinó un fuerte puñetazo en la nuca, dejándolo inconsciente casi al instante, por lo que fue retirado en camilla y operado de urgencia.
Pese que en las primeras semanas manifestó cierta mejoría, a partir de la segunda mitad de noviembre los médicos detectaron fallos generalizados en los órganos del boxeador, hasta que finalmente murió, según confirmó su novia, Wang Shiyin, a través de su microblog.
“Prométeme que te acordarás de mí, y que lo que me debes en esta vida, me lo darás en la próxima”, escribió Wang en homenaje a su novio fallecido, del que se han hecho eco hoy los medios del país asiáticos.
La muerte de Shangguan ha iniciado en China un debate que hasta ahora apenas había salido a la luz, el del peligro que en el país puede entrañar la práctica de las muchas artes marciales creadas por la tradición oriental, y que muchas veces se desarrollan sin regulaciones o medidas de seguridad.
En el caso del sanda, una forma de boxeo altamente permisiva y que se enseña a muchos soldados del ejército de China, entrenadores, luchadores y aficionados coinciden en que no se ha prestado la atención necesaria a las garantías de seguridad.
Un entrenador de este deporte, citado por el diario “Nuevo Pekín”, contaba que en muchas competiciones de combate en el extranjero es obligatorio cierto número de médicos, ambulancias aparcadas a la salida de los estadios y otras normas que en artes marciales como el sanda nunca se han considerado.
El entrenador también se quejó del mal arbitraje, que en este arte marcial es “mucho más elástico”, y lamentó en el caso del boxeador fallecido que el colegiado no separara antes del golpe mortal a los dos rivales.
Aficionados en foros de internet también criticaron que ni Shangguan ni su rival llevaran el casco protector típico en deportes como el boxeo olímpico, y que sí se usa en competiciones oficiales de sanda, pero no en el que causó la tragedia, que al parecer era parte de un torneo de exhibición
“El sanda no puede ser una lucha a muerte”, concluía el ex luchador de la disciplina Han Jianzhong, de 70 años, en el especial de varias páginas que el diario “Nuevo Pekín” ha dedicado al trágico caso. EFE
Foto: Elmundo.es