La selección de fútbol de Uruguay mantendrá las cuatro estrellas en su escudo luego de que la FIFA dejara sin efecto su pedido de retirar dos correspondientes a las medallas de oro Olímpicas en 1924 y 1928.
“Sin lugar a dudas es un acto de justicia”, dijo este viernes a Efe el vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Gastón Tealdi.
Asimismo, recalcó que la decisión fue “una confirmación” de lo que la FIFA reconoció históricamente, que los triunfos en los Juegos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam de 1928, equivalen a una Copa del Mundo.
“Para nosotros es una tranquilidad porque nos había causado sorpresa esa comunicación, no solo por el contenido sino también por el proceso”, finalizó el vicepresidente.
El presidente de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo (AHIFU), Atilio Garrido, también lo consideró “un acto de estricta justicia”.
“A mi modo de ver, esto impone un gran desafío para Francia”, añadió el periodista, quien dijo no entender por qué hasta ahora los historiadores del país europeo no han tomado dimensión de la obra que hicieron Jules Rimet y Henri Delaunay.
“Son los verdaderos creadores del Campeonato del Mundo en los Juegos Olímpicos en 1924 y 1928, que son organizados por la FIFA”, apuntó. Asimismo, reafirmó que con la decisión del ente rector del fútbol hizo “se hizo total justicia con la verdad histórica”.
Un comunicado emitido por la AUF indicó que la resolución de la FIFA es consecuencia “de una serie de gestiones llevadas a cabo por el Comité Ejecutivo en inmediata respuesta a la primera alerta suscitada hace algunas semanas”.
También, agradeció el aporte de la AHIFU y del historiador Pierre Arrighi.
El pasado 4 de agosto, Uruguay comenzó la defensa de su historia futbolística para demostrar ante la FIFA que las cuatro estrellas que posan encima de su escudo corresponden a cuatro títulos mundiales, pese a que solo dos fueron en Copas del Mundo (1930 y 1950).
Ese mismo día, la empresa que viste a la Celeste, Puma, comunicó a la AUF que la FIFA exigía retirar dos de las cuatro estrellas presentes en su escudo, puesto que las primeras dos corresponden a los títulos logrados en los Juegos Olímpicos.