El primer día de Osumane Dembélé como nuevo jugador del FC Barcelona derivó en bronca por una parte mayoritaria de los 17.814 espectadores presentes en el Camp Nou, que, ante el retraso de más de una hora de la presentación oficial del delantero francés, pidió la dimisión del presidente del club, Josep Maria Bartomeu.
Un contratiempo burocrático en la liquidación del contrato entre el delantero y su exequipo, el Borussia de Dortmund, provocó que la puesta de largo del jugador más caro hasta la fecha de la historia del club azulgrana (125 millones de dólares y unos 48 más en variables) colmara la paciencia de los aficionados azulgranas que acudieron al Camp Nou.
Ante la demora de la presentación, los gritos mayoritarios de “Bartomeu dimisión”, así como los silbidos y los pañuelos blancos se multiplicaron en las gradas, poco antes de que Dembélé saltara al césped.
No obstante, el extremo galo gozó de un recibimiento multitudinario en el Camp Nou, donde vivió las primeras muestras de cariño por parte de su nueva afición.
Tras aterrizar ayer en Barcelona acompañado por sus padres, su representante y tres familiares más, el jugador galo se dirigió a primera hora de la mañana de este lunes a la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí para pasar satisfactoriamente la revisión médica.
De Sant Joan Despí regresó al Camp Nou para firmar, al fin, su nuevo contrato en la zona noble del estadio junto al presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu.
Una firma que no se estampó hasta poco antes de las 14.30 horas (12.30 gmt), cuando Dembélé, acompañado del máximo mandatario de la entidad, pudo considerarse oficialmente como nuevo jugador azulgrana después de solucionar los problemas burocráticos con el Borussia.
Así fue cuando todavía vestido de calle con un elegante traje, salió al palco del estadio para saludar a los aficionados, que olvidaron por un momento los silbidos y guardaron los pañuelos blancos para ovacionar a la nueva estrella azulgrana. EFE