Por Juane Pintos Sumi - @elbuenJuane
Sin Kawhi Leonard en los últimos minutos del tiempo reglamentario más la prórroga completa, pero con la suficiente pólvora de sus soldados: Ginóbili, Alridge, Simmons, Mills y Green, los Spurs ganaron la batalla y casi la guerra al dejar la serie 3-2, a un juego de pasar a las finales de la sacrificada Conferencia del Oeste.
Foto: @spurs
UNA GUERRA TÁCTICA
Para la quinta batalla de la pugnada guerra entre los San Antonio Spurs y los Houston Rockets ambos bandos llegaban con bajas fundamentales. En el escuadrón de Texas el base francés Tony Parker había sufrido una rotura del ligamento del cuádriceps en el Game 2, en el mismo escenario en el escuadrón de Houston, el pivot brasilero Nené había sufrido un desgarro muscular del muslo izquierdo en el Game 4. Con ambas piezas elementales ausentes en lo que resta de los Playoffs, la guerra se disputaba en la pista y en la pizarra.
Mike D’Antoni apostaba por una rotación corta, confiando en la capacidad de su quinteto titular, mientras que el estratega de los Spurs Gregg Popovich ejercía una rotación constante confiando en los hombres de su banquillo. Con el objetivo de revitalizar la primera unidad Pop apostó por poner a Patty Mills de titular en lugar del novato Dejounte Murray, mientras que D’Antoni colocó a James Harden –defensor menos convincente- a defender a los jugadores internos de los Spurs.
Los Spurs liderados por Kawhi Leonard salieron mejor en los primeros minutos de juego, logrando una diferencia de 9 puntos que pronto se reduciría terminando el primer cuarto 32 a 29. Para el segundo cuarto James Harden arrasaría y daría vuelta el marcador para llevar antes del descanso la ventaja a favor de los Rockets por 60 a 58. Para entonces James Harden ya sumaría 23 puntos y 8 rebotes.
El equipo de Houston mantendría la ventaja durante todo el tercer cuarto, llegando a sacar una diferencia de 9 puntos. Los Rockets apostaban a golpear fieles a su más puro estilo de juego; buscando anotar desde larga distancia y sumar de a tres, por su parte los Spurs trataban de hacer un juego más colectivo y ordenado. Para el inicio del último cuarto los locales darían nuevamente vuelta el marcador sacando una pequeña ventaja que luego sería recuperada por los visitantes.
Durante la mitad del último periodo, tras un mal apoyo, Kawhi Leonard sufriría una dolencia en el tobillo que lo obligaría a ver el resto del juego desde la banca. Los Spurs estuvieron sin anotar durante casi 6 minutos de juego. Con el marcador abajo, sin Leonard dirigiendo el ataque y sin poder defender a Harden, el equipo texano se encontraba con verdaderos aprietos, pero para entonces la táctica del estratega Popovich entraba en acción; la rotación corta de los Rockets hacía efecto y sus estrellas lentamente se quedaban sin oxígeno mientras el aireado banquillo de los Spurs respondía con todos sus pulmones para frenar a Harden.
Los Spurs se repusieron y fueron capaces de cortar su sequía de puntos y volvieron a emparejar el marcador. En un ida y vuelta para el infarto la barba asesina Harden respondería el fuego a través de tiros libres volviendo a poner a su equipo arriba por dos, pero un rejuvenecido e inmortal Manu Ginóbili haría recordar sus días de gloria en una penetración que hizo vibrar a los más de 18.000 aficionados presentes para dejar las cosas igualadas a 30 segundos del final. ¡101 a 101!
El AT&T explotaba y agotados los segundos el juego iba a tiempo extra para definir quién sería el ganador de la quinta batalla en disputa, donde el premio mayor es la supervivencia y el pase a las finales de la dura Conferencia del Oeste.
Manu y Green, los héroes de la noche. Foto: EFE
Los Rockets no estaban dispuestos a rendirse y lograrían otro triple más a favor, esta vez de Ryan Anderson para dar vuelta nuevamente el marcador (106 a 107). Posteriormente Danny Green –que se puso la capa de superhéroe en los Spurs- lograría dos puntos vitales además de una falta que le permitiría sumar uno más desde la línea de los tiros libres. Los Rockets con el marcador abajo mediante Gordon intentarían un triple que no pudo ser. Luego de una falta los Spurs sumarían un punto más para dejar el marcador 110 a 107.
Una última jugada abría la esperanza y la posibilidad al equipo de Houston de forzar un segundo overtime. Durante los últimos segundos Harden recibe el balón bordeando la línea de tres, elude la marca de Manu y lo deja atrás, se prepara para lanzar el tiro del empate pero antes de que el disparo salga un heroico Ginóbili se interpone dando un taponazo desde atrás que será recordado por toda esta generación de seguidores de la NBA.
La táctica del experimentado Popovich había funcionado a perfección y el veterano Manu Ginóbili de 39 años de edad bebió de la fuente de la juventud para hacer uno de los juegos más brillantes de su trayectoria de 4 campeonatos y dejar a los Spurs a un solo paso de una nueva final.
Foto: @spurs
Al respecto Gregg Popovich alabó su performance diciendo: “Manu volvió atrás y nos entregó una de sus actuaciones del pasado. Fue un semental. Recurrimos a él para generar algún ataque y hacer que algunas cosas sucedan, y él hizo un buen trabajo tanto en la distribución como en la anotación. Fue grandioso para nosotros. Manu es uno de los competidores y ganadores más grandes de todos los tiempos. Nos ayudó a hacerlo otra vez hoy”