Le quedaba un año de contrato, pero optó por el adiós: “Cuando era pequeño, jugaba por amor al deporte, pero cuanto más conoces el fútbol más te das cuenta de que todo es dinero, de que está podrido, y se te quita un poco la ilusión”.
Así fundamentó su decisión Javi Poves, de 24 años, defensa central que jugó dos temporadas en Segunda División B con el filial del Sporting de Gijón (España) y debutó en Primera en la última jornada de la pasada Liga.
El joven rescindió su contrato y colgó las botas para armonizar sus ideales y su vida. "¿De qué me sirve ganar 1.000 euros en vez de 800 si sé que se obtienen con el sufrimiento de mucha gente?”, comentó.
Fueron varios los detalles que llamaban la atención al entorno de Poves, como el hecho de ver cómo el defensa central se entretenía en los viajes y las concentraciones con libros como El capital, de Karl Marx, o Mi lucha, de Adolf Hitler.
En las oficinas del club también se sorprendieron cuando pidió que anulasen el ingreso de su nómina por transferencia bancaria para que no se especulase con su dinero o cuando devolvió las llaves del coche que una firma comercial entregaba a los futbolistas del primer equipo, porque con el suyo - un Smart - le bastaba.
El ahora ex jugador decidió desandar el camino que tomó hace unos años y volver a los estudios para cursar Historia, una materia que le ayude en su nuevo camino: “No tengo definido mi punto de vista. Lo que quiero es leer mucho e informarme de todo”.
“No quiero vivir prostituido como el 99% de la gente. Si no puedo tener una vida limpia en España, la tendré en Birmania. Donde sea”, dijo.