El momento es especialmente crítico para Alianza Lima y Universitario de Deportes, dos de los tres clubes más grandes del fútbol peruano que afrontan la inactividad inmersos en un concurso de acreedores, bajo la gestión de administradores que controlan las cuentas para saldar sus millonarias deudas.
En Alianza Lima, que hasta abril había pagado la totalidad de los sueldos de sus jugadores, se encuentran negociando una reducción para los siguientes tres meses que en las fichas más altas puede llegar a ser del 40 %, según precisaron medios locales.
El acuerdo todavía no es total dado que los futbolistas reclaman que las cantidades que dejen de percibir durante esta emergencia les sean abonadas cuando se recupere la normalidad, lo que no es bien visto por los dirigentes, ya que cuando se reanude la liga peruana será a puerta cerrada, lo que igualmente es un perjuicio económico.
Sin un acuerdo cercano aún están en Universitario, donde la administración ya ha deslizado la posibilidad de acogerse a la suspensión de sueldos como ya han hecho otros clubes, medida contemplada en la legislación peruana en caso de no alcanzar una solución amistosa entre ambas partes.
De llegar a ese escenario, los jugadores valoran incluso romper sus contratos. La situación dentro de la ‘U’ es muy tensa, ya que en abril el club ya dejó sin efecto los contratos de buena parte de los trabajadores, incluido el equipo femenino, vigente campeón nacional, clasificado para jugar este año la Copa Libertadores femenina.
En una situación similar se encuentra el recién ascendido Carlos Stein, cuya directiva insiste a los jugadores en aceptar una rebaja de alrededor del 50 % para no llegar a la suspensión de sueldos.
Atentos a cada negociación está la Agremiación de Futbolistas Profesionales del Perú (Safap), que recientemente denunció las intenciones de muchos clubes de imponer los recortes salariales bajo una apariencia de negociación con las respectivas plantillas.
Es el caso que ocurrió en el Carlos Mannucci, de Trujillo, donde la directiva anunció que suspendía todos los salarios al no alcanzar un acuerdo con los jugadores, a los que acusó de tener altas pretensiones.
Sin embargo, horas después la plantilla de Mannucci reveló que el club tomó unilateralmente la decisión de pagar solo una parte del salario de marzo. Así, el jugador uruguayo Diego Guastavino y el entrenador Pablo Peirano decidieron volver a Uruguay en un vuelo de repatriación para viajeros varados por la emergencia.
Por su parte, el Sport Boys, del Callao, que también tiene una administración concursal, alcanzó a pagar los salarios de marzo y abril pero ya ha adelantado que solo podrá hacer frente a como máximo el 65 % para los próximos meses.
Por ahora los jugadores del equipo rosado pudieron cobrar sus sueldos gracias a los 50.000 dólares que recibió cada club de la liga peruana procedentes de una partida que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) había entregado a la Federación Peruana de Fútbol (FPF) para proyectos de desarrollo del deporte.
De momento solo unos pocos clubes han logrado un acuerdo amistoso, entre ellos el Sporting Cristal, cuyo porcentaje no ha trascendido. También el Cienciano de Cusco.
Otro recién ascendido como es el Deportivo Llacuabamba acordó un recorte del 50 %, pero todavía no ha efectuado los pagos correspondientes a abril, según reportó el lunes el diario Depor.
La crisis también impactó a la Federación Peruana de Fútbol (FPF), que se quedó sin los ingresos previstos por disputar la Copa América que se aplazó al próximo año, por lo que recortó los sueldos de sus trabajadores en un 25 % durante tres meses.
La medida incluyó al seleccionador, el argentino Ricardo Gareca, y al director deportivo de la Federación, Juan Carlos Oblitas. “Me pareció perfecto. Dentro de todo, somos gente privilegiada y si nos toca ‘mojarnos’ lo vamos a hacer”, dijo Oblitas en radió Ovación.
El único club que de momento ha anunciado que seguirá pagando los salarios de sus jugadores regularmente es el Deportivo Municipal de Lima, que conforma una excepción dentro de este escenario.
Especialmente porque aún no hay una fecha acordada para reiniciar la liga peruana, de la que apenas se habían disputado siete jornadas del Torneo Apertura en el momento que el Gobierno peruano decretó la cuarentena.
La FPF intenta tener los protocolos listos para que se pudiera retomar en julio, siempre a puerta cerrada y con la posibilidad de que todos los partidos se concentren en Lima para reducir los desplazamientos de los equipos.