“Si esto sigue así, hay que hablar de posponer el partido, porque es muy grave todo lo que se está diciendo. Tenemos que calmarnos un poco, si no el día de la final con River puede ocurrir una tragedia en la cancha”, dijo a la radio Cooperativa.
Para el directivo, el principal responsable es el entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo, quien dijo que el conjunto Millonario debía estar “con la guardia alta” porque supone que Boca Juniors será beneficiado por el árbitro.
Poco después de la entrevista radial, Royco se explayó en su cuenta de la red social Twitter, y sostuvo que no considera necesario suspender el partido que enfrentará al ganador de la Superliga argentina (Boca Juniors) con el de la Copa Argentina (River Plate) de 2017.
“Solo quise poner un manto de calma a las declaraciones encontradas por distintos referentes del fútbol de nuestro país, mostrando una posible consecuencia de esta escalada. Entiendo que debemos hacer primar el espíritu competitivo antes que la confrontación”, aclaró.
Tanto Gallardo como el presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, manifestaron su temor por los recientes errores arbitrales que beneficiaron a Boca Juniors, y sostuvieron que eso podría repetirse en la final que se disputará en la provincia de Mendoza.
En tanto, en el Xeneize consideran que sus rivales intentan condicionar al árbitro con estas declaraciones.
El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, aseguró este jueves en rueda de prensa que no se pospondrá la final y que con su par de River Plate planifican acciones de camaradería para “bajar el nivel de locura”.
El último enfrentamiento en una copa entre Boca Juniors y River Plate fue en la Bombonera el 14 de mayo de 2015 en la vuelta de los octavos de final de la Libertadores.
Ese partido fue suspendido en el entretiempo porque los hinchas locales arrojaron gas pimienta en los ojos de los jugadores del Millonario. Aquel año, River fue campeón del torneo. EFE