Así lo acordó el Observatorio Nacional de las Manifestaciones Deportivas, dependiente del Ministerio del Interior, al término de las reuniones celebradas este martes y miércoles en Roma, en las que participaron responsables de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC).
Fruto de ese trabajo es un documento con varias medidas para hacer frente al racismo en el fútbol italiano (que se manifiesta sobre todo en insultos de algunos aficionados a jugadores de raza negra), que fue divulgado hoy por el Observatorio Nacional de las Manifestaciones Deportivas.
Según indica el texto, “ante la presencia de señales de racismo, intolerancia o antisemitismo” en un partido, el árbitro requerirá a su asistente en la banda (el cuarto hombre) la intervención del “dirigente del servicio de orden público” (la Policía), quien será el encargado de valorar si se suspende o no el partido.
Asimismo se intentará identificar a los hinchas que hayan proferido cánticos o abucheos racistas, con el fin de prohibirles, mediante la conocida en Italia como “medida Daspo” (Prohibición de Asistencia a Manifestaciones Deportivas), su entrada en cualquier tipo de espectáculo de deporte.
Esta decisión se produce casi una semana después de que los jugadores del Milán abandonaran el campo del Aurora Pro Patria, que juega dentro de una de las categorías inferiores de la Liga italiana, después de que varios jugadores de color del equipo “rossonero” fueran abucheados por una parte de la afición local mientras se disputaba un encuentro amistoso.
Ayer, la Justicia Deportiva italiana sancionó al Aurora Pro Patria con la celebración de un partido a puerta cerrada por los hechos del partido contra el Milán, después de haber sido ya multado con 5.000 euros esta misma temporada por un episodio similar. EFE