Sergio Ramos ha dejado atrás los trámites de llegar y pasar el reconocimiento médico y, antes de ser presentado este miércoles en el Ramón Sánchez Pizjuán, se ha enfundado el mono de trabajo y ya es uno más a las órdenes de Mendilibar en la ‘José Ramón Cisneros’, en la que ha sido recibido con el clásico pasillo de sus compañeros.
El central camero, de 37 años, se ha ejercitado, en los minutos abiertos a los medios, con la misma intensidad que sus compañeros, entre los que se encuentra quien ha sido compañero suyo en el Real Madrid, el delantero dominicano Mariano Díaz, quien ha llegado esta temporada al Sevilla como agente libre.
Ramos ha entrado en la ciudad deportiva en la que se formó y en cuyo acceso hay un cartel con la leyenda ‘Aquí se forman campeones del Mundo’ con las fotografías del central camero, de Carlos Marchena y de Jesús Navas, que lo fueron en Sudáfrica 2010, además de la del fallecido Antonio Puerta.
El central ha vivido así un día emotivo en su regreso a los campos en los que se hizo futbolista en una generación en la que coincidió con Puerta y con el que, desde ya, será ‘su’ capitán, Jesús Navas, quien se recupera de unas dolencias en la cadera.
Nacido en Camas (Sevilla) en 1986, Sergio Ramos llegó con apenas siete años a la cantera sevillista e irrumpió en la élite de la mano de Joaquín Caparrós, quien le dio la alternativa en el primer equipo en un partido en Riazor, el 1 de febrero de 2004, en el que sustituyó a Paco Gallardo a poco menos de media hora para el final.
El zaguero se suma así desde hoy la dinámica del grupo de Mendilibar, en el que no están los internacionales -el portero noruego Orjan Nyland, el serbio Nemanja Gudelj, el suizo Djibril Sow, el belga Dodi Lukebakio y el marroquí Youssef En-Nesyri- y que tiene previsto trabajar en sesión matinal todos los días de la semana hasta el viernes, mientras que tanto el sábado como el domingo tendrán descanso. EFE