Tras marcar su primer triplete desde que fichó por el Chelsea hace 16 meses, Fernando Torres afronta en las próximas semanas dos finales trascendentales: la Copa de Inglaterra, este fin de semana, y la Champions, el 19 de mayo.
El “Niño” firmó una actuación brillante este domingo frente al QPR y anotó un tanto en la semifinal de la Liga de Campeones el pasado martes, una mejoría en su rendimiento que puede suponer el principio del fin de la travesía por el desierto de un delantero que solo ha marcado doce tantos desde que llegó a Londres por casi 60 millones de euros.
La exestrella del Liverpool y del Atlético de Madrid, de 28 años, ha visto en los últimos tiempos cómo arreciaban las críticas a su juego desde los medios británicos y, según sus propias palabras, ha pasado un último año “muy duro, en el que las cosas no han ido bien”.
El madrileño recibió un golpe adicional el pasado febrero, cuando quedó fuera de la convocatoria de Vicente del Bosque para el amistoso que España disputó frente a Venezuela y que suponía una de las últimas pruebas con vistas a la Eurocopa que se disputa este verano en Polonia y Ucrania.
Así las cosas, la última semana ha resultado un bálsamo para un jugador que parece haberse reencontrado con la mejor versión de sí mismo desde que el italiano Roberto Di Matteo sustituyó en el banquillo de los “blues” al portugués André Villas-Boas, destituido el 4 de marzo tras una racha de resultados negativos.
“Ahora es tiempo de disfrutar”, señaló un Torres exultante tras el encuentro contra el QPR y apuntó que “aunque ha sido una temporada difícil, el trabajo siempre tiene una recompensa”.
El delantero no marcaba un triplete desde septiembre de 2009, cuando le endosó tres goles al Hull con el Liverpool, en el que deslumbró al fútbol inglés de la mano del técnico español Rafa Benítez.
La compensación por el sufrimiento de este curso podría llegar este mes de mayo, cuando el Chelsea se jugará en sendas finales dos de los tres títulos relevantes de la temporada.
El conjunto propiedad del magnate ruso Roman Abramóvich ha transitado este año por la liga inglesa sin dar grandes alegrías a sus aficionados y, a tres jornadas para el final, lucha por mejorar su actual sexta posición en la tabla.
En las competiciones por eliminatoria, sin embargo, el carácter defensivo de los “blues” y el talento físico del marfileño Didier Drogba para el contragolpe han llevado a los londinenses a su segunda final de la Liga de Campeones y a la posibilidad de levantar su séptima Copa de Inglaterra (FA Cup).
El próximo sábado, los de Di Matteo saltarán al césped del legendario estadio de Wembley para tratar de arrebatarle la Copa inglesa a un Liverpool que también confía en el título para salvar una temporada gris.
Los “blues”, además, tienen ya en mente el Allianz Arena de Múnich, donde a mediados de mayo tratarán de cumplir el sueño por el que Abramóvich compró el club hace nueve años.
La plantilla del Chelsea ha ido envejeciendo a lo largo de casi una década en la que se quedaron a un paso de la “orejuda” cuando, en 2008, la tanda de penaltis decantó la primera final de Champions de los “blues” del lado del Manchester United.
Desde entonces, John Terry, de 31 años, Frank Lampard, de 33, Ashley Cole, de 32, y compañía, no han dejado de batallar por un objetivo que volverán a tener la oportunidad de alcanzar en pocas semanas.
La ocasión llega tras descabalgar al Barcelona de la competición hace seis días, al firmar un 2-2 en el Nou Camp, con gol de Torres incluido, que hizo vanos los esfuerzos de los de Pep Guardiola por remontar el 1-0 que los ingleses habían logrado en la ida en Stamford Bridge. EFE