Luis Miño marcó el único tanto del partido y volvió a dar la victoria al Auriazul, como en la fecha pasada. Foto: Rubén Alfonso/Última Hora.
Por Nicolás Benítez. Tw: @NicoBen88. nicolas-benitez@d10.com.py
Sportivo Luqueño consiguió una importantísima victoria en la noche de este sábado, nada menos que ante el puntero del torneo, Nacional. Y es que el triunfo (1-0) sirve para que la Academia se frene y se olvide de poder festejar este domingo (si ganaba y Cerro no lo hacía en el clásico, se consagraría campeón). Pero mejor aún, en sus propias pretenciones, el Auriazul de Alicio Solalinde llegó por primera vez en el año a dos victorias consecutivas y podría salir de la zona roja, si Rubio Ñu cae ante General Díaz y Carapeguá no supera a Capiatá.
¡Y cómo ganó Luqueño! En la previa se hablaba de un encuentro entre el mejor y el peor de este torneo, si nos basamos en los números. Pero esto no se vio en la Olla de Cerro Porteño, donde el líder hizo de local. En la cancha el mejor fue el colero y el puntero estuvo desconocido. El gol de los luqueños lo hizo Luis Miño, de tiro penal, y el festejo lo consiguieron lejos de su ciudad, en Barrio Obrero, y sin su gente, que sigue privada de acceder a los estadios. Pocos son los que se animan a ingresar de infiltrados para alentar al Auriazul.
SORPRESA DE ARRANQUE. Luqueño sorprendió a Nacional y, con sus juveniles, tuvo hizo un buen primer tiempo en Barrio Obrero. Los primeros 45’ se dieron con un auriazul que comenzó y terminó mejor, pero vio cómo el Tricolor tuvo su mejor parte en esa franja entre los 20 a 30 minutos, aunque no supo cómo romper la defensa visitante, pese a que controlaba el balón.
El arranque no fue bueno para la Academia y sufrió un gran susto antes del minuto por una llegada peligrosa de Luqueño que si no fuese por Justo Villar, Víctor Dávalos hubiera estado festejando antes del minuto el primer gol. Luego de este sobresalto, Nacional arrastró el balón en campo de Luqueño y comenzó a buscar el gol ante un equipo auriazul que con sus juveniles se puso como objetivo no dejar festejar a los nacionalófilos y complicar de contra.
Y lo hicieron bien, pues si bien Nacional tuvo el balón, no encontró espacios y apostó mucho a los centrazos al área. La defensa de Luque sacó cada pelota y el conjunto de Barrio Obrero casi no tuvo claras. Diego Viera estuvo seguro por arriba.
Julián Benítez, la figura tricolor, se pegó a la banda izquierda para intentar desbordar, pero Mario Saldivar lo controló bien. Completando la defensa, Caniza dirigió esa línea y Aguada, por izquierda, controló a Marcos Melgarejo. Otro jugador a destacar fue Luis Miño, que buscó desde fuera del área con sus remates y luego daría la victoria a su equipo.
Los jugadores de Nacional se retiran cabizbajos tras la derrota en cancha de Cerro. Foto: Rubén Alfonso/Última Hora.
La velocidad fue la apuesta en Luqueño, que si bien no tuvo la pelota, sí tuvo las chances más claras. El juvenil delantero Marcelo Ferreira se mostró bien y generó peligro a la defensa de Nacional. Consiguió varias faltas y no se inmutó para pegarle al arco cuando debía hacerlo.
Así se fue el primer tiempo, con un Luqueño bien seguro atrás y recurriendo a la velocidad y posterior simpleza para definir; y un Nacional que no supo cómo marcar y agradeció la calidad y experiencia de un arquero como Justo Villar que respondió bien cuando tuvo que hacerlo.
Alicio Solalinde incluyó para el segundo tiempo a Francisco Javier García, por Chávez, para que su equipo tenga el balón, pues Gato es un jugador que sabe de esa función, manejando bien en sus pies la pelota. Morínigo consideró mantener el mismo once.
La más clara de Nacional se dio al inicio de la complementaria. En la zona del área más cercana al banderín del córner, Melgarejo eludió a Joel Silva y, sin mucho ángulo de disparo, intentó sacar un centro; pero el balón tuvo dirección de gol y Diego Viera salvó el gol sobre la línea con un cabezazo.
La sustitución de Alicio Solalinde, con García, estuvo acertada. Gato avisó con dos llegadas previas y en la tercera entró al área y sacó un centro que pegó en la mano de Ramón Coronel. Tal vez sin intención, pero el árbitro Enrique Cáceres no dudó y pitó la falta y tiro penal. Luis Miño le rompió el arco a Justo Villar y puso el 1-0 a los 57’.
Morínigo no esperó y en la sanción del penal ya llamó al centrodelantero Ángel Orué para buscar el gol. Raro era ver a dos nueve en el equipo de Nacional, que ganó y goleó más de un partido sin un atacante de área. ¡Lo que generó el equipo luqueño nada menos que ante el líder y mejor equipo del campeonato!. Y García volvió a inquietar a la defensa y quedó mano a mano con Villar, pero este tapó muy bien la pelota.
La Academia no consiguió recuperarse y solo consiguió tiros de esquina que no supo aprovechar; pasó mucho tiempo sin una clara luego del remate de Melgarejo y Luqueño aprovechó con todo cada pelota. Luis Miño seguía inquietando con remates en los que Villar tenía que esforzarse.
Cuando se despertó Nacional, fue al ataque pero seguía sin saber cómo romper la defensa auriazul. Y probó con los disparos de Silvio Torales, pero no estaba buena la puntería. Siguió el ataque, pero también siguió la férrea defensa.
Y Luqueño ganó. Y festejó. Dos al hilo y amargó al puntero. Cosas del destino.