Nunca antes los All Blacks, selección que posee más títulos globales junto a Sudáfrica con tres, habían comenzado su andadura en una Copa del Mundo con un resultado adverso. Incluso, sus debuts se contabilizan por triunfos con resultados amplios.
En 1987 el cuadro oceánico derrotó a Italia por 70-6, en 1991 a Inglaterra por 18-12, el resultado más ajustado en 1995 a Irlanda por 43-19, en 1999 a Tonga por 45-9, en 2003 a Italia por 70-7, en 2007 a Italia por 76-14, en 2011 a Tonga por 41-10, en 2015 a Argentina por 26-16 y en 2019 a Sudáfrica por 23-13.
Aún así, tal y como aseguró el entrenador de los All Blacks, Ian Foster, nada ha cambiado para su equipo el 13-27 encajado en Saint Denis. Desde ya mismo se conjuran para cumplir los pronósticos en sus próximos partidos ante Namibia, Italia y Uruguay y lograr uno de los dos primeros puestos para llegar a cuartos de final.
“No creo que haya que reconstruir nada. En torneos pasados ganamos todos los partidos del grupo y luego no se ganó el torneo, y el objetivo es ganar este torneo”, señaló Foster, quien valoró a la selección de Francia, a la vez que admitió una cierta frustración por la derrota y la necesidad de corregir algunas cuestiones.
Los dos primeros del grupo A, que teóricamente serán Francia y Nueva Zelanda, se cruzarán en los cuartos de final con los del B, sobre el papel Sudáfrica, defensora del título, e Irlanda. EFE