Por Juan Massare - jmassare@uhora.com.py
–Con relación a tus otros títulos con Olimpia, ¿este lo sentís muy tuyo?
–Posiblemente, sí. Porque siendo muy joven había ganado con Olimpia en el 97, 98 y 99. Después, en el Bayern Munich, fui 5 veces campeón de liga, 4 de copas de Alemania y una de Champions League. Ahí uno cree que los trofeos van a llegar fácilmente, pero después de salir del Bayern pasé mucho tiempo sin ganar algo. Por eso ahora lo disfruto mucho más, porque sé que no es fácil y porque volví para esto. Siendo capitán quería darle a la afición esa felicidad del campeonato.
–¿Cuánto te golpeó la eliminación en Copa y tu lesión en ese mismo juego?
–Ese fue un momento muy difícil para mí. Porque a partir de ahí el tiempo de recuperación, cuando los jugadores nos hacemos mayores, es distinto. Uno tarda más en ponerse en forma, para encontrar el ritmo y entonces se complicó un poco. Pero, por suerte, el equipo anduvo tan bien en este semestre que cualquier compañero que ingresaba lo hacía bien. Eso te da la oportunidad de escudarte un poco en el equipo y permite darte el tiempo que vos necesitas para estar bien.
–En tu rendimiento, ¿fue clave que el DT te haga trabajar de forma diferenciada en algunas ocasiones?
–Fue importante. Pero también fue de la mano que la molestia que tenía alrededor de mi rodilla me dejó estar. Pude jugar y moverme tranquilo, no tuve ningún impedimento y eso me da confianza para no tener restricciones a la hora de jugar. Y obviamente, el tener entrenamientos y partidos seguidos te da ritmo, que es lo que yo echaba en falta. Esto te permite confiar que el cuerpo va a responder a las exigencias y eso es lo que creo que gane.
–¿Cómo asimilás el aprecio y respeto que te demuestran tus compañeros?
–El respeto que hay en el club, entre los jugadores y los demás miembros por lo que hago por ellos es como lo de la gente, muchas veces no entiendo o no veo por qué debe ser tanto. A mí me sale con mucha naturalidad el ayudarles con lo que conozco. Ellos saben que lo que quiero es que sean felices, no solo como futbolistas, sino que en sus vidas en general y dentro de eso el fútbol es una escuela de vida.
Roque Santa Cruz comparte un lindo momento con su hija Alaia. Foto: Sergio Riveros/Última Hora
–¿Vivís fútbol a cada momento o te desconectás?
–Estando en casa es muy fácil desconectarme. Tengo cuatro hijos y ellos te llevan un poco hacia sus actividades. Pero saliendo de mi casa, solamente pienso qué puedo hacer para seguir mejorando. Estando en el club me sirvo de los recursos de la institución para buscar la forma de llegar de la mejor forma a los partidos.
–¿Defender el título o salir a buscar el Clausura?
–El título hay que buscarlo. Defenderlo que es muy pasivo y la forma de jugar que tenemos es la de salir a buscar y hacer que las cosas sucedan. Así que la consigna, y con firma incluida, va a ser salir y volver a hacer un equipo que busque ganar partidos tras partidos y que eso nos lleve al título.
–¿La cuarta es una motivación o una obsesión?
–Es una motivación, no sé si tanto una obsesión. Pero no es el momento de evaluar la posibilidad. Hay que ganar el Clausura y después vamos a ver qué pasa. Mientras, queda muy lejos.
SANTA CRUZ Y EL NÚMERO 24
Muchas veces un jugador termina identificándose tanto con un número, que el número termina adquiriendo una marcada relevancia para la institución y los hinchas. Este es el caso del número 24 y Roque Santa Cruz, donde ambos pasan a identificar plenamente al otro.
“En un comienzo fue medio impuesto porque tenían que entrar 24 jugadores en la lista de la Copa Mercosur y fui el último en entrar en esa lista de 1998. Jugué con ese número, me fue bien y después también lo utilicé en la Copa Libertadores”, explicó Roque de cómo cayó a sus espaldas dicho número.
Pero luego, el delantero le tomó cariño y no lo cambió más: “Después fue como que se relacionaron muchas cosas con ese número y le tomé cariño. Fue el número con el que debuté a nivel internacional con el Olimpia, tiene relación con el día de María Auxiliadora (24 de mayo) y nosotros los salesianos le tenemos un cariño especial a ella. Y también porque fue el número que utilizó Raúl Vicente Amarilla, quien fue uno de mis jugadores favoritos”.
Roque, referente del Olimpia. Foto: Sergio Riveros/Última Hora
Seguido comentó: “También lo utilicé en el Bayern Munich, pero cuando salí de ahí y fui al Blackburn el entrenador era Mark Hughe y me dijo que su centro delantero tiene que utilizar la 9. Y como al dejar el Bayern mi idea era tener un nuevo comienzo, cambié sin problema. El 9 también era mi número favorito porque en esa época lo utilizaban Ronaldo, Iván Zamorano o Batistuta, grandes delanteros. Pero sí, siempre que pude utilicé la 24".
EMOCIONA. “Siempre es lindo ver a la gente usando la 24, porque tenés un sentido de pertenencia con tu número y de relacionamiento con la gente. Pero cuando veo a niños utilizando la 24 es una sensación muy rara, porque no me vieron jugar en mi mejor momento. Debe ser mucho porque escuchan de sus padres o comparten el cariño que me tienen sus padres. Me parece muy simpático que muchos niños quieran usar la 24".
SORPRENDIDO. En cada ocasión, el hincha de Olimpia no pierde la oportunidad de mostrarle su cariño a Roque y el mosaico, en su partido 100 con la franjanegra, fue la más emotiva. “Me sorprendió muchísimo. Muchas veces creo que el cariño que me demuestra la gente es más del que pudiese merecer. Un poco antes se había filtrado una foto y estaba con ganas de saber si era cierto, de si es que iba a ser así el mosaico”.
“Estoy muy agradecido con la gente que organizó el mosaico. Pondero mucho lo que la gente significa para mí y lo que lo yo significo para la gente”, finalizó.