Nadie quiere hablar, al que se le pregunta, niega conocer sobre lo que pasó, pero algo pasó, y lo saben. Eso es categórico, pues en un grupo de trabajo es inevitable obviar hablar de un tema como este, de la amenaza de muerte que un jugador pudo recibir. El miedo impera y hace ver que nuevamente todo quedará en la impunidad.
Barras bravas del Olimpia habrían amenazado a dos jugadores, aunque uno de ellos negó cualquier “apriete”, mientras otro quiso minimizar las cosas. El hecho es que el único que salió a repudiar lo acontecido y dio pistas de que verdaderamente algo grave habría ocurrido fue Salustiano Candia. El capitán de Olimpia dijo que la amenaza se habría dado por mensaje de texto, contradiciéndose con Diego Centurión, la víctima, quien dijo que “le mandaron decir por un desconocido” que le iban a “meter plomo”.
Chano Candia dijo que “cuando tengamos que salir a pelear por un compañero, lo vamos a hacer. Y acá no vamos a tener miedo si nos dicen que nos van a meter plomo”. Así de duro se refirió a los barrabravas que piden camisetas a los jugadores.
Todos estos antecedentes, el silencio de los jugadores por temor, entre otras cosas, hicieron que los directivos de Olimpia se decidieran por abrir un sumario buscando conocer realmente qué pasó tras el partido en el que el Decano perdió ante General Díaz, el martes.
Con la advertencia de que “esta amenaza no quedará en el olvido”, el directivo Raúl Pintos adelantó que se recogerá información de la propia Villa Olimpia, donde trabajan los jugadores.
Con los datos que lleguen a recoger, presentarán finalmente un informe a la Policía y la Fiscalía, comentó Pintos, quien además señaló que “el vestuario es sagrado”.