El delantero Richarlison, recuperado ya de un cuadro de paperas que le mantuvo aislado del grupo durante varios días, fue este lunes la novedad en el último entrenamiento de la selección brasileña antes de medirse a Argentina por un cupo para la final de la Copa América 2019.
El atacante de 22 años se reintegró ayer por la noche a la concentración de la Canarinha en Belo Horizonte y hoy lució sonrisa y una forma física aparentemente normal en el campo de entrenamiento del Atlético Mineiro, a las afueras de la ciudad.
El lateral izquierdo Filipe Luis, duda para el choque contra la Albiceleste por unas molestias en el muslo derecho, también se ejercitó con el resto de sus compañeros, al menos durante los veinte minutos abiertos para los medios de comunicación.
El gran ausente en la práctica de este lunes fue el centrocampista Fernandinho, que continúa en tratamiento por esos dolores en la rodilla derecha que ya le hicieron perderse el último partido de la fase de grupos ante Perú y el de cuartos frente a Paraguay.
No obstante, la baja del volante del Manchester City no parece que vaya a trastocar en exceso los planes del seleccionador de Brasil, Tite, quien recupera para el centro del campo a Casemiro, baja en los cuartos por sanción.
El técnico se mostró muy reflexivo en la sesión de hoy. Fue el primero en llegar, veinte minutos antes que sus pupilos. Dio varias vueltas al césped del campo de entrenamiento, completamente solo y con una pelota en los pies, como dándole vueltas a alguna idea en la cabeza.
Durante el rondo de jugadores, también paseó en soledad, con la mirada hacia abajo, altamente concentrado para el partido de semifinales de mañana contra la Albiceleste en el estadio Mineirao.
A pesar de ser la víspera del choque, la Canarinha, al igual que la selección argentina, desistieron de entrenar en el propio Mineirao para preservar el estado del césped, que si bien no ha recibido críticas específicas, preocupa igualmente.
De hecho, el coordinador de la selección brasileña, Edu Gaspar, visitó ayer el estadio para saber de primera mano en qué condiciones estaba la cancha.
Tras el partido de cuartos, Tite estalló por el mal estado del césped del Arena do Gremio de Porto Alegre al afirmar que era un “disparate” jugar en un terreno de juego en ese estado