El balear podría convertirse en el primer jugador de la Era Open en conseguir cada uno de los campeonatos ‘major’ por partida doble; mientras que el serbio, por su parte, tendrá la oportunidad de superar al suizo Roger Federer (3) y al australiano Roy Emerson como jugadores con más títulos en Melbourne Park, y liderar en solitario esta lista, si levanta su séptima corona.
Además, tanto el serbio, quien cuenta actualmente con catorce títulos Grand Slam, como el español, que tiene diecisiete, tendrán una nueva ocasión para acercarse al líder de esta clasificación, Roger Federer, quien posee veinte coronas en campeonatos ‘major’.
Respecto al camino hasta la final, el balear sorprendió a Melbourne Park cuando superó sus primeras rondas con una tremenda facilidad y un mejorado servicio después de haber permanecido cuatro meses apartado de la competición como consecuencia de su lesión en la rodilla derecha, y solo dos meses después de su operación de tobillo.
Nadal, quien no cedió ningún parcial en rondas previas, no empañó su pletórico estado de forma en los partidos de cuartos y semifinales, frente al estadounidense Frances Tiafoe y el griego Stefanos Tsitsipas (14), para alcanzar la que será su quinta final a orillas del río Yarra.
A pesar de que incidió reiteradamente en su idilio con el torneo australiano, el jugador nacido en Manacor tan sólo consiguió salir victorioso en la edición de 2009, cuando se sobrepuso a Federer por 7-5, 3-6, 7-6(3), 3-6 y 6-2.
En sus otras finales disputadas, el mallorquín degustó el sabor amargo de la final tras perder frente a Djokovic (2012), el suizo Stan Wawrinka (2014) y Federer (2017).
Por su parte, el actual número uno, a pesar de que se presentó en su ‘major’ favorito como principal candidato al título, comenzó su andadura a un ritmo menor que su próximo rival e hizo saltar las alarmas tras su partido en octavos de final frente al ruso Daniil Medvedev (15), el que superó en cuatro sets.
“Ahora me toca hacer una buena recuperación porque no me he encontrado muy bien, en especial en los últimos veinte minutos”, comentó el serbio en rueda de prensa tras eliminar a un exigente Medvedev.
Sin embargo, a pesar de las sombras mostradas en las primeras tres rondas, donde cedió dos mangas, recuperó su faceta más intimidatoria tras vapulear en su último partido al francés Lucas Pouille por un aplastante 6-0, 6-2 y 6-2 en menos de hora y medio de encuentro.
Ambos jugadores coincidieron en sus últimas ruedas de prensa oficiales en que la final de este domingo contará con los dos primeros clasificados mundiales en plenitud física como consecuencia de que sus dos semifinales resultaron dos ligeros entrenamientos.
A diferencia de los números del tenista español, Novak Djokovic fue infalible en todas sus finales disputadas en la capital del estado de Victoria, ya que venció las seis que disputó.
Sus víctimas fueron el francés Jo-Wilfried Tsonga (2008), el británico Andy Murray (2011, 2013 y 2015) y el propio Nadal (2012.
El último partido de la edición de 2019 supondrá la undécima final que enfrente al primer cabeza de serie con el segundo, así como la primera en un torneo Grand Slam desde que los finalistas en la edición de Roland Garros de 2016 fueran el mismo Djokovic y el escocés Murray.
Independientemente de quien levante el título en la noche de este domingo, la racha de nueve campeonatos Grand Slam consecutivos con un ganador que supere los 30 años de edad alcanzará los diez torneos consecutivos, ya que tanto Nadal (32 años) como Djokovic (31) superan la treintena.
Precisamente los dos finalistas fueron los culpables de acabar con algunos de los protagonistas de la nueva generación tras convertirse en los verdugos de jugadores como el australiano Alex De Miñaur (27), el estadounidense Tiafoe y el griego Tsitsipas, por parte de Nadal, así como el canadiense Denis Shapovalov (25) y el ruso Medvedev (15), por lo que respecta a las víctimas del de Belgrado.