Una derrota más que imprevisible tal y como venía el PSG, pero aún más tal y como había sido la primera parte del grupo dirigido por Thomas Tuchel y sobre todo el marcador, con un 0-2 a favor que parecía ya una sentencia para su adversario. Los dos tantos los marcó Mbappé, en el 25 y el 37, el segundo de ellos de penalti. Incluso, mediante el VAR, le anularon dos goles por fuera de juego.
Todo en el primer acto. El segundo fue muy diferente. Con la entrada de Cesc, aparte de la increíble fragilidad defensiva del PSG, el Mónaco reaccionó con rotundidad para desafiar a su rival y un 0-2 en contra, a los que superó por medio de Volland. Suyo fue el 1-2, al aprovechar un rechace. Y suyo fue el 2-2, a pase de Cesc.
Los dos goles, concentrados en cuarto de hora, del 52 al 67, pusieron en evidencia al París Saint Germain y su defensa. Ya había reaparecido además Neymar sobre el terreno. Recuperado de una lesión muscular entró a la hora de partido.
Aún fue peor para el PSG. La culminación del desastre fue el penalti que provocó el 3-2, de Diallo sobre Volland. El delantero le robó la pelota, el defensa le derribó como última opción. Además, fue expulsado.
La pena máxima la ejecutó con determinación Cesc, imparable para Keylor Navas, para completar una hazaña indudable y la tercera victoria seguida del Mónaco, que sube al segundo puesto de la clasificación, a cuatro puntos nada más del París Saint Germain, aunque éste aún sostiene el liderato.
Mientras, el Rennes pierde ritmo con dos derrotas consecutivas. Este viernes le superó el Burdeos por 0-1. El gol lo marcó Hatem Ben Arfa, ineficaz en su paso por el Valladolid y reencontrado ahora con la portería contraria. Su jugada tuvo mérito, con un doble quiebro, tanto como su certero zurdazo para dar la victoria a su equipo.
El Burdeos ganó tras haber perdido las dos últimas jornadas para continuar en la zona media de la clasificación.