Un registro de 13:41.66 y una vuelta final en 52 segundos dieron la corona a Mo Farah, que precedió en la meta al etíope Dejen Gebremeskel (13:41.98) y al keniano Thomas Longosiwa (13:42.36).
Nacido en Somalia hace 29 años, Farah regresaba a la pista siete días después de ganar los 10.000 con el propósito de igualar el doblete olímpico que obtuvo en Pekín 2008 el etíope Kenenisa Bekele, y con anterioridad leyendas como el checo Emil Zatopek (1952), el ruso Vladimir Kuts (1956), el finlandés Lasse Viren (1972 y 1976) y el etíope Mirus Yifter (1980).
Para lograr su objetivo, Farah, campeón mundial de los cinco kilómetros en 2011, tenía que doblegar a kenianos y etíopes, que llegaban con las piernas más frescas al no haber competido en los 10.000.
Gebremeskel, líder mundial del año con 12:46.81, buscaba el desquite de su derrota frente a Farah en la final mundialista de Daegu, en la que obtuvo la medalla de bronce, por detrás, también, del estadounidense Bernard Lagat, presente aquí con 37 años.
Después de media vuelta a paso cansino, el azerbaiyano Hayle Ibrahimov se decidió a tirar, pero aún así se cubrió el primer mil en 2:55.40. El estadounidense Lopez Lomong se puso en cabeza a partir de ahí, pero la carrera seguía lenta (5:56.70, segundo mil).
El grupo marchaba compacto, ocupando las dos calles interiores, hasta que a mitad de carrera el etíope Yenew Alamirew, un hombre de 12:48.77 este año, resolvió correr más. A un ritmo de 1:01 por vuelta, el grupo se estiró, con los kenianos y Mo Farah en segunda línea, a la expectativa.
Farah tomó posiciones a dos vueltas del final y se puso resueltamente al frente a 700 metros. Once atletas llegaron en tropel al toque de campana, pero Farah mantuvo la delantera y aguantó el postrer ataque de Gebremeskel para vencer con 13.41.66.
El mexicano Juan Luis Barrios obtuvo diploma olímpico, octavo con 13:45.30.