Se inauguró días atrás el Polideportivo de la Secretaría Nacional de Deportes. Fue la sobresaliente culminación de la gestión de 5 años de Víctor Pecci. Supimos todos de sus enormes logros como tenista y nos honra ahora como ministro de Deportes con una gestión ejemplar.
Bien valdría como un requisito para ser dirigente deportivo, que sus máximas autoridades hayan obtenido logros mínimos atléticos en sus currículum de vida; es un parámetro que con algunas excepciones, nos aseguraría que los altos ideales del deporte (disciplina, honestidad, espíritu de equipo) sean sustentados por los dirigentes y que no lo sean por oscuros intereses de bastardas ambiciones.