Nueve derrotas consecutivas acumulaban los neoyorquinos ante unos Bucks acostumbrados a zamparse a los Knicks en los dos últimos años pero a los que en esta ocasión se les atragantó el turrón en el Madison Square Garden.
Los Knicks, que hace solo dos días habían perdido también en casa ante los Bucks (111-130), se quitaron esta pesada losa de encima gracias, una vez más, a un Jalen Brunson estelar con 38 puntos y 6 asistencias.
El base encabezó una actuación firme y colectiva de unos Knicks (17-12 de balance) que controlaron el partido desde el primer cuarto, que tuvieron a seis jugadores por encima de los 10 puntos y en los que también destacaron Julius Randle (24 puntos y 9 rebotes) y RJ Barrett (21 puntos y 6 rebotes) además de Immanuel Quickley (20 puntos) y Josh Hart (10 puntos y 9 rebotes) como revulsivos desde el banquillo.
Giannis Antetokounmpo (32 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias), Damian Lillard (32 puntos y 8 asistencias) y Khris Middleton (24 puntos y 6 asistencias) fueron los mejores de unos Bucks (22-8) que sufrieron, precisamente, donde parecía que tenían mayor superioridad esta tarde: en la pintura, con 72 puntos para los Knicks por solo 50 de Milwaukee.
Chris Rock, Carmelo Anthony, John Legend, Chrissy Teigen y 50 Cent fueron algunas de las figuras del espectáculo y el deporte que no se perdieron este duelo que, con muchos gorros de Santa Claus en la grada -y algún disfraz del Grinch- inauguró la jornada especial de la NBA por la fiesta de Navidad.
Imparable Brunson
Como hace dos días, los Bucks empezaron el partido atacando la maltrecha rotación interior de los Knicks sin el lesionado Mitchell Robinson: Brook López sirvió un ‘alley-oop’ para Antetokounmpo y el griego enchufó a continuación una canasta desde el poste sobre Randle.
No fue noticia que Brunson, escurridizo y muy revoltoso, asumiera gran parte del ataque local hasta irse a los 15 puntos en un muy inspirado primer cuarto.
Pero sí fue una novedad realmente interesante para los Knicks que Barrett, con una confianza excepcional, sumara 14 puntos anotando desde el triple y atacando el aro.
Con todo ello y una defensa que también rindió a buen nivel (5 pérdidas de balón de los Bucks), los de Tom Thibodeau cerraron un sólido primer cuarto con una ventaja importante (36-27).
Los neoyorquinos, en cuanto Brunson se fue al banquillo, perdieron el ritmo y abrieron la puerta para que los Bucks, sin hacer nada extraordinario, estrecharan la diferencia (43-38 con 6.16 por jugarse).
No obstante, el regreso del base les devolvió el brío ante unos Bucks muy descuidados y descoordinados y que además acabaron la primera mitad permitiendo dos triples de Brunson y Randle (62-51 al descanso).
Ni Antetokounmpo (9 puntos) ni Lillard (12 puntos) destacaron en una primera parte con los Bucks ahogados en un triste 39,6 % en tiros de campo (incluyendo un 6 de 22 en triples). Brunson (20 puntos) y Barrett (18 puntos) agarraron el timón de los Knicks.
Antetokounmpo encaró la reanudación más agresivo, golpeando de forma recurrerente en la pintura y tratando de reanimar cuanto antes a su equipo.
No fue una reacción inmediata, pero un impactante ‘alley-oop’ de Middleton para Antetokounmpo, que casi tocó el cielo de la Gran Manzana, fue clave para un parcial de 0-8 que metió a los visitantes en el encuentro (77-73 a falta de 5.17).
El titán heleno se lució con 17 puntos en ese cuarto -incluido un triple- y Lillard le acompañó con 12.
Pero los Bucks volvieron a enredarse con las pérdidas de balón y Brunson y Hart, muy incisivo en la segunda unidad, desnudaron las carencias de los Bucks en la defensa exterior.
Con 98-87 y exactamente el mismo margen del intermedio (+11 para los Knicks), Milwaukee afrontó el último cuarto tras haber malgastado otra ocasión de remontada.
Un eléctrico Quickley y Randle dejaron a los Knicks con un +16 a falta de 5.11 que parecía ya la sentencia definitiva.
Sin embargo, Milwaukee no tiró la toalla y, con un parcial de 5-15, consiguió ponerse a solo 6 puntos con 1.31 todavía por disputarse (124-118).
Al rescate apareció, quién si no, un Brunson que tranquilizó a los fans neoyorquinos con una canasta para poner un +8 y llevar el partido al terreno de los tiros libres en el que los Knicks acabaron cantando victoria. EFE