Aunque aquí aprovecha para dedicarle tiempo a su familia, a sus amigos de infancia o a gustos personales, no deja de entrenar de manera individual durante tal pausa deportiva.
Así, entre quehaceres locales, el polifacético hombre en cancha (defensor, mediocampista, delantero) aprovechó para sentarse en la mesa de Fútbol a lo Grande.
En amena conversación, el atleta repasó su carrera y recordó que en junio del 2011 se fue de Paraguay, donde tiempo atrás jugó profesionalmente en 12 de Octubre, Olimpia e Independiente de Campo Grande, por el sueño europeo.
En Portugal, fichó por el Benfica, y automáticamente fue cedido a préstamo al Paços de Ferreira, sitio donde destacó como uno de los mejores de la plantilla.
“Me adapté bastante bien, estaba un paraguayo, Javier Cohene Mereles, quien me ayudó mucho con el portugués. Ahí fue donde terminé como uno de los mejores jugadores del equipo y eso me costó hacer una pretemporada con el Benfica”, expresó para la 1080 AM Monumental.
Apadrinado por Óscar “Tacuara” Cardozo, un Dios luso, aquel plantel con otras grandes figuras como Javier Saviola o Pablo Aimar pronto lo acogió cual uno de los suyos. Melgarejo recuerda que hablaban en el idioma guaraní y que por ello levantaban todo tipo de comentarios.
Vistiendo la camiseta del Benfica, había recibido elogios del entrenador José Mourinho, luego de un amistoso ante el Real Madrid. Posteriormente disputaría una final de Europa League ante el Chelsea, consagrándose vicecampeón, fungiendo de lateral izquierdo cuando entonces.
ANÉCDOTA. Hoy, en la fría ex Unión Soviética, el atacante triunfa a base de esfuerzo y dedicación. Recientemente se consagró campeón con el Spartak de Moscú y aunque los triunfos llegan paulatinamente, Melgarejo, aferrado a su padre, no olvida sus inicios y extenso recorrido en las divisiones formativas.
En directo por el “fenómeno de la siesta”, su progenitor recordó una peculiar anécdota de cuando el futbolista a sus 19 años fue bajado de la Primera del Decano.
“Una vez le encaré a Cubilla y le pregunté por qué le sacaban del plantel, como una Ña Tora en versión masculina, y el profe me explicó muy bien que él iba llegar, pero que ese momento no era para su mejor desarrollo, que lo podía quemar”, confesó Blas Melgarejo.
Selección Paraguaya. Lorenzo fue consultado sobre su apreciación al respecto de su no convocatoria a la Albirroja. El mismo integró la Sub 20 en el 2009, y en 2011 conoció su primer y último llamado para un juego amistoso.
“Es un caso muy especial, en ningún momento he faltado el respeto a nadie, no tengo ningún problema con nadie, me extraña que no hago parte de la Selección. Hago mi trabajo, me esfuerzo día a día, jugué en grandes equipos, hice méritos para estar, y como paraguayo creo que me merezco un poco más de respeto”, deslizó Melgarejo.
“No encuentro ningún motivo y ninguna respuesta, trabajo siempre y nunca me llaman. A veces duele no ser tenido en cuenta”, sentenció.