Libertad cumplió su compromiso frente a Huracán con una tranquila victoria de 2-0 en Tuyucuá y se clasificó a los octavos de final de la Copa Sudamericana en donde enfrentará al Independiente Santa Fe de Colombia.
Tras una chata primera fracción, los goles se produjeron en el complemento. La dupla de atacantes, titulares juntos en la ocasión, Jorge Recalde y Santiago Salcedo, marcaron las conquistas a poco del reinicio para evaporar las esperanzas del cuadro argentino.
EL PARTIDO. El primer tiempo se jugó a un ritmo monótono ya que el Guma buscó el control de la pelota e impedir el crecimiento futbolístico del rival. Con tres de sus figuras en el banco (Antonio Bareiro, Paulo da Silva y Óscar Cardozo), Fernando Jubero dio chances a Danilo Santacruz, Iván Ramírez y Jorge Recalde.
La primera amenaza la mandó el campeón paraguayo desde las botas de Santiago Salcedo que exigió la intervención del portero Manuel García. Corrían solo cinco minutos y el elenco guaraní avisaba al equipo argentino, que necesitaba realmente ser un Huracán en erupción para tener oportunidades en el estadio Nicolás Leoz.
No obstante, el desarrollo de la primera fracción nunca salió del molde. Ni Libertad se apuró, ni el Globo mostró rebeldía para atosigar al Albinegro. Sí inquietó con un cabezazo de Diego Mendoza, un disparo de Mariano González y algunas embestidas sin suerte de Pussetto, pero todos carecieron de eficacia y el choque fue al descanso con un soso empate.
En el complemento, muy temprano, a cuatro minutos del reinicio, Jorge Recalde castigó con un remate franco y alejó a Huracán de cualquier esperanza. Pocos minutos después, Santiago Salcedo aprovechó un error del portero y colocó la segunda marcación cerca de la hora del score.
Con el rival en la lona, Fernando Jubero sacó a Sasá para que el público local lo bañe en aplausos. Ingresó en su lugar Antonio Bareiro y después Derlis Orué y Ángel Cardozo Lucena. Con tanta desventaja en el global, Huracán padeció en Tuyucuá y siguió soportando sofocones hasta el final, incluso cuando el campeón ya levantó los pies del acelerador.