El Leipzig, próximo rival del Real Madrid en la Liga de Campeones, volvió a la senda de la victoria en la Bundesliga tras ganar 3-2 al Hertha pese a jugar con fuego durante la segunda parte, en la que estuvo a un paso de perder la ventaja de tres goles que consiguió en los primeros 45 minutos.
Después de superar al Celtic esta semana en la máxima competición continental, el equipo de Markus Rose quería cerrar la semana con un buen resultado que devolviera el optimismo a sus jugadores en la Bundesliga. En Liga, no marcha todo lo bien que querría y tras pinchar la pasada jornada en su visita al Mainz (1-1), necesitaba los tres puntos para no descolgarse de los puestos que dan acceso a disputar la Liga de Campeones.
Rose tuvo que hacer dos cambios. El primero, obligado. Timo Werner fue baja de última hora por culpa de una infección, tal y como informó el club alemán a través de un comunicado. Sin Werner, reestructuró la alineación y subió a Christopher Nkunku a la delantera junto a André Silva y colocó a Emil Forsberg, suplente ante el Celtic, en el centro del campo.
Además, sentó en el banquillo al central Josko Gvardiol y su hueco lo ocupó Abdou Diallo, mientras que los lesionados Dani Olmo, Konrad Laimer, Lukas Klostermann y Peter Gulacsi, desde la grada, vieron como el Leipzig saltó al césped del Red Bull Arena como un torbellino. El Hertha sufrió en sus carnes la ansiedad de su rival y se marchó al descanso con un roto que parecía insuperable.
Y es que, el Leipzig pasó totalmente por encima de un equipo muy frágil en defensa y al que le cuesta muchísimo entrar en los partidos. De nuevo, el Hertha fue muy timorato atrás y se fue al descanso con un 3-0 en contra casi definitivo. Forsberg, abrió el marcador tras rematar un pase de la muerte de Dominik Szoboszlái; después, Diallo, con un cabezazo a balón parado ejecutado por Szoboszlái, aumentó la renta; y, finalmente, Willy Orban, tras recoger un rechace dentro del área, cerró la cuenta.
Todo parecía hecho para el Leipzig, que, sin embargo, pecó de exceso de confianza y en un par de minutos fatídicos, entre el 62 y el 64, encajó un par de tantos que hicieron peligrar el duelo. Dodi Lukebakio, de penalti, y Stevan Jovetic, con una gran volea, provocaron media hora de angustia en los hombres de Rose, que se salvaron de milagro en el tiempo añadido: Wilfried Kanga estrelló un disparo contra el palo y el Leipzig sobrevivió para mantenerse cerca de los puestos de Liga de Campeones.