Los Yanquis, al margen de no tener suerte con las lesiones y la decisión del arbitro de segunda, Jeff Nelson, en el segundo partido, la otra realidad fue que la aportación de los peloteros venezolanos de los Tigres también les hizo daño.
La pelota que lanzó Sánchez en siete entradas no le dio ninguna oportunidad a la artillería de los Yanquis que vieron como les espació tres imparables y retiró a siete bateadores por la vía del ponche en el mismo número de episodios.
Sánchez (1-0) le ganó un duelo al japonés Hiroki Kuroda, quien con sólo tres días de descanso también estuvo eficaz en siete entradas y dos tercios, pero una vez más el bullpen de los Yanquis no respondió y la figura del panameño Mariano Rivera se hizo sentir más que nunca en la competición de octubre.
“Hoy me he sentido muy bien, el equipo me ha ayudado, ha hecho cantidad de jugadas para apoyarme y hacer posible que lanzase siete entradas sin anotación”, declaró Sánchez al concluir el partido. “Con este apoyo mi trabajo fue más fácil.
Sánchez destacó que la clave de su dominio fue que siempre estuvo por encima de los bateadores con lanzamientos agresivos y sin concesiones.
“Tratar de hacer agresivo con cada lanzamiento y hacer el menor número posible (110 y 67 fueron “strike”) para llegar hasta donde llegué", explicó Sánchez. “Lo más importante, como siempre he dicho, es lanzar todos los pitcheos para strike. También traté de mantener la bola baja”.
La estrategia resultó y volvió a darle el triunfo en el Yankee Stadium del Bronx, donde ganó por segunda vez en sus aperturas, después que lo hizo también en su debut en Grandes Ligas, el 25 de junio del 2006.
Por su parte, el manejador de los Tigres, Jim Leyland, reconoció que ambos lanzadores estuvieron muy bien en el montículo, y Sánchez igualó en todo al japonés Hirodi Kuroda.
“Sánchez fue brillante”, destacó Leyland. “Este es lugar complicado para lanzar con una novena difícil y una corta distancia a la pared del jardín derecho. Hay muchos zurdos (en los Yanquis). Fue un gran logro”.
Mientras que el tercera base Miguel Cabrera, que se fue de 4-2, con par de sencillos y una carrera producida, extendió a 18 su racha de juegos seguidos bateando de hit en la fase final como pelotero de los Tigres.
Cabrera, ahora, comparte la marca de la franquicia con la leyenda Hank Greenberg, miembro del Salón de la Fama.
Dicha racha representa otra hazaña en un 2012 histórico del toletero venezolano, quien viene de ganar la Triple Corona de bateo en la Liga Americana, primer latinoamericano que lo consigue en la historia del béisbol profesional de las mayores.
“Es buenísimo estar al lado de esos nombres del Hall of Fame”, declaró Cabrera. “Es un orgullo, pero la tarea aquí no es personal, sino de grupo. Somos un equipo, estamos aquí para ganar partidos y en eso es que estamos centrados”.
Con dos victorias seguidas en el Bronx, los Tigres vuelven a casa a dos triunfos de lograr su primer pase a la Serie Mundial desde el 2006.
“Jugamos un buen béisbol”, reiteró Cabrera. “El pitcheo abridor respondió y gracias a Dios pudimos hacer las carreras necesarias para ganar”.
Otra figura venezolano en el triunfo de los Tigres fue la del jardinero Avisaíl García, de 21 años, que entró como bateador emergente y empujó con sencillo la segunda carrera de los Tigres en el octavo episodio.
“Ha hecho un buen trabajo para nosotros”, admitió Leyland. “Lo ha hecho muy bien desde que llegó (de liga menor en agosto)”.
La misma valoración tuvo Sánchez de todos sus compañeros, incluido el segunda base Omar Infante, que también forzó la polémica jugada de la decisión de Nelson y que en su parcela es toda una garantía.
“Todos mis compañeros venezolanos me han ayudado muchísimo y además son una grandes profesionales que se merecen el triunfo permanente”, señaló Sánchez, que describió las cualidades de sus compañeros uno por uno. “Su aportación en el campo lo dice todo y lo mismo sus números”, agregó.