El comité que trabaja en la gestión y prevención de la enfermedad en la cita olímpica “está investigando para que los JJ.OO. sean seguros incluso sin contar con la vacuna, por ejemplo, con la realización de los test necesarios y el control de conductas”, señaló hoy Kato en su rueda de prensa diaria.
En el que supone uno de los comentarios más directos al respecto por parte del Gobierno japonés, el portavoz gubernamental indicó que el grupo “estudiará las medidas necesarias en caso de contar con la vacuna y sin ella”, reafirmando la postura de las autoridades niponas de seguir adelante con la cita.
La Administración del primer ministro Yoshihide Suga se mantiene inflexible con respecto a los JJ.OO. y durante la jornada inaugural de la sesión parlamentaria en la víspera Suga aseguró que el país sigue comprometido con la celebración de los Juegos de Tokio 2020, que ya fueron pospuestos hasta el próximo julio por la pandemia.
El público japonés se ha venido mostrando más escéptico y, según varias encuestas llevadas a cabo recientemente por medios locales, en torno al 80 % opina que deberían volver a aplazarse o cancelarse.
Se creía que la llegada de la vacuna contra la covid contribuiría a mejorar las perspectivas de cara a los JJ.OO., pero la distribución y administración de las dosis está encontrando obstáculos en numerosos países.
Japón ni siquiera ha aprobado todavía el uso de emergencia de ninguna de las vacunas de la covid actualmente disponibles, a falta de que concluya un estudio local sobre su eficacia entre japoneses.
El Gobierno espera tener lista la aprobación de la vacuna desarrollada por la farmacéutica Pfizer en febrero y comenzar con la vacunación de personal sanitario a finales de ese mes, mientras que la administración generalizada entre la población no comenzaría al menos hasta marzo, según los planes iniciales.