Hoy, a los 41 años, una edad que en este país parece ser precoz para la consagración de un entrenador, Wilson Gutiérrez está a horas de llevar al Independiente Santa Fe a ganar su séptimo título, una hazaña desconocida hasta hoy por dos generaciones de fieles hinchas.
Gutiérrez llegó al banco en el segundo semestre del 2011 tras la salida de Arturo Boyacá, del que fue ayudante. Llevó al equipo albirrojo a las semifinales de la Liga colombia de ese año y este año a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, en los que tuvo un reñido pulso con el Vélez Sarsfield argentino.
Los seguidores del técnico bogotano, un devoto del buen fútbol, sin especulación y con espectáculo, equilibrado en defensa y ataque, aún recuerdan la crisis desatada entre abril y mayo, y que pudo haber dado al traste con la campaña que está a punto de culminar.
La ausencia de victorias en aquél periodo fue achacada a la falta de rodaje del entrenador nacido el 5 de mayo de 1971 y a un supuesto movimiento orquestado por los jugadores más experimentados de la plantilla para forzar el relevo en el banco.
El tiempo y el respaldo del presidente del equipo, César Pastrana, y de los jugadores al técnico se encargaron de demostrar que el proyecto necesitaba tiempo y paciencia para funcionar.
“Todo el mundo ve el fútbol de forma diferente. Cada quien tiene sus opiniones y son respetables. Algunos pensaban que no tenía la capacidad, pero hoy en día se demuestra que nosotros, los jóvenes, podemos hacer cosas buenas y trabajar bien”, dijo Gutiérrez a Efe.
Gutiérrez tiene 30 de sus 41 años atados al Independiente Santa Fe, pues se formó como futbolista en la cantera.
Para su consagración absoluta en la segunda temporada como entrenador necesita que los suyos derroten este domingo en Bogotá al Deportivo Pasto, al que sacó un empate 1-1 el miércoles pasado.
Jugar ante sus hinchas en los 2.640 metros de altitud de la capital colombiana refuerza el favoritismo del equipo que conquistó el primer título profesional en Colombia, en 1948.
“Falta un partido muy difícil y más complicado que el que jugamos de visitantes. El Pasto es un buen equipo, ha trabajado bien y ha llegado a la final merecidamente”, dijo.
Gutiérrez recuerda que la principal fortaleza del rival aparece cuando juega fuera de casa. “Por eso digo que el que el partido más difícil del semestre para nosotros es el del domingo”, enfatizó.
El técnico es un aventajado alumno del argentino Pablo Centrone, quien lo dirigió como jugador en Santa Fe entre 1995 y 1996.
En el 2006 Centrone, que dirigió a los mexicanos Atlante Neza y Veracruz, llevó a Gutiérrez como asistente al Alianza salvadoreño.
“Comencé mi carrera como técnico en Equidad, me fui formando ahí, pero creo que el paso más importante después de eso fue en el 2006, cuando Pablo Centrone me nombró su asistente en el Alianza FC. Ahí fue donde aprendí bastante”, dijo.
“Ahora en Santa Fe estoy haciendo una carrera. Ha sido un proceso que ha ido paso a paso, en donde he aprendiendo muchas cosas, primero en las divisiones inferiores, después con el profesor Arturo Boyacá y luego, con el respaldo de la directiva y de su presidente me fui fortaleciendo”, relató.
“Sueños siempre se tienen. Mi primer sueño era llegar a Santa Fe a trabajar con divisiones menores y después llegar al equipo profesional. Y cada vez uno tiene sueños y metas más importantes, espero tener mucho más tiempo con Santa Fe, sin descartar otros, como dirigir la selección Colombia o un equipo extranjero”, aseguró.
Mientras se realizan sus próximos sueños y a horas de conocerse el desenlace de su primera final desde un banquillo, este exfutbolista que divide su tiempo con el estudio de la carrera de Rendimiento Deportivo, se declara satisfecho por haber promovido al primer equipo varios canteranos que aseguran desde ya un buen futuro para el equipo.