Por Rodolfo Areco - @RodyAreco
La primera vez que hablamos con Gustavo, tenía 20 años... Fue durante una breve entrevista, aprovechando nuestra visita a la Capital bonaerense para la cobertura del partido semifinal de Copa Libertadores entre River Plate y Guaraní.
Con una gran sinceridad, meditadas respuestas y sueños entre las manos, el portero relató cómo desde los 15 años peleaba en la tierra de Goycochea, Gatti y marcada por Chilavert, por un lugar en el barrio que vio brillar a Arsenio Erico.
El paraguayo había superado un montón de dificultades, el desarraigo, la pérdida de una hermana, que con el tiempo terminó siendo uno de los principales pilares de su fuerza junto con el apoyo incondicional de su familia en Paraguay.
En la entrevista, este portero admirador de Justo Villar, contó que solo aguardaba una oportunidad para poder debutar con el primer equipo que en ese tiempo tenía a Sebastián “El Chino” Saja, hoy entrenador de Guaraní, como custodio en el arco.
GOLPE. Fueron 30 minutos aproximadamente de charla, en una de las salas del Hotel Liberty, sobre la concurrida Avenida Corrientes, tras despedirnos y publicar su historia, esperábamos que llegara esa oportunidad para la promesa paraguaya. Sin embargo, en agosto de ese 2015, una lesión de ligamentos cruzados de la rodilla derecha, puso puntos suspensivos a su carrera deportiva.
Los ocho meses de recuperación en Avellaneda fueron de suspenso por el futuro, ya que Racing no lo tendría en cuenta, pero él tuvo la clara mentalidad de que habría que superar “una prueba más”. Una vez rehabilitado estuvo 6 meses entrenando por su cuenta en la Argentina, hasta que a finales de diciembre del 2016 e inicios del 2017, llegó la posibilidad de jugar en un equipo de Paraguay, en el Club 22 de Septiembre de su ciudad natal, que se aprestaba para participar en la División Intermedia.
En el Decano encarnaceno tuvo muy buenas presentaciones, ganó en regularidad y experiencia, jugando 29 de los 30 partidos del campeonato. No obstante no pudo evitar el descenso de su equipo, pero al final su trabajo y sacrificio terminó por darle un premio: Hoy es jugador de General Díaz, tiene 22 años.
¿Inspirador, no?