Sol de América evidenció los valores que deben imperar y coexistir en el fútbol y en la sociedad con un encuentro desarrollado en Villa Elisa, que estuvo marcado por la confraternidad y solidaridad con los integrantes de Puerto Diana, el humilde club del Chaco que conquistó el corazón de la afición deportiva nacional.
El jueves pasado, el representante de Alto Paraguay cumplió su sueño por el que luchó quizás desde su fundación (12 de Octubre del 2008) al jugar en el estadio Luis Salinas “el partido de su vida” frente a Sol de América de Pastoreo (Caaguazú) y trascender allende a sus fronteras.
Pese al abultado resultado propinado por su rival (16-3), los jugadores del Puerto Diana transmitieron un mensaje de superación, que no pasó desapercibido. El equipo proveniente de Bahía Negra se preparó para esta competición en medio de las precariedades, pero de igual forma se impusieron sobre los abandonos, los olvidos, las penurias y las tristezas.
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A iniciativa de Miguel Figueredo, el plantel de Puerto Diana fue invitado para un partido amistoso con Sol de América, de la Primera División del fútbol nacional.
El presidente del Danzarín, al conocer las vicisitudes del elenco occidental, ya había colaborado con botines para que los futbolistas puedan competir en condiciones apropiadas y en la fecha puso la guinda a su acto solidario con un evento sin parangón en Villa Elisa.
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Después de saldarse el desafío sobre el campo reluciente del estadio Luis Alfonso Giagni, que solicitó como entada alimentos no perecederos para los visitantes, el encuentro continuó con un almuerzo de confraternidad, la entrega de donaciones y hasta obsequio de reloj de Figueredo al presidente de Puerto Diana. En cancha Sol ganó 1-0, pero goleó en humildad, generosidad y amor.
Videos y fotos: Gentileza Club Sol de América