Ferrer, que jamás perdió con su paisano, tardó dos horas y 53 minutos en imponer su condición de favorito y superar la tercera ronda. Ahora espera en cuartos al suizo Roger Federer, que disfrutó de un trámite ante el francés Richard Gasquet (6-3 y 6-2).
Almagro desperdició una oportunidad única para derribar el maleficio en la jornada en la que Fernando Verdasco acabó con el suyo. Después de trece partidos, ganó, por fin, a Rafael Nadal, que amenazó con no volver a Madrid si no retiraban la pista azul del torneo.
Nicolás Almagro, que hizo frente con solidez a Ferrer, nunca estuvo más cerca de imponerse. La final en el torneo de Buenos Aires de este año, fue la última vez que coincidieron. Supuso uno de los tres títulos que el alicantino presume en este año junto al de Auckland y Acapulco.
Almagro mantuvo el tipo en el primer parcial, que solo cedió en el desempate. Y mejoró en el segundo, que ganó. Sin embargo, su falta de tino en los puntos de rotura acabaron por condenarle. Sólo aprovechó tres de catorce. Aún así, tuvo el triunfo en la mano. Dispuso, en el ‘tie break’ definitivo, de tres puntos de partido. Dos al resto y uno con el saque de su lado. Los desperdició. Ferrer, a la primera, se llevó el triunfo. EFE