La selección española de fútbol llegó a la ciudad brasileña de Recife, donde jugará el domingo su primer partido por la Copa Confederaciones, en medio de una fuerte lluvia que no apagó el calor y la euforia de una centena de aficionados que esperaban a la Furia a la entrada del hotel.
El seleccionado español llegó a Brasil procedente de Nueva York, donde ayer ganó por 2-0 un partido amistoso a Irlanda del Norte.
En el aeropuerto Guararapes de Recife, los jugadores y el cuerpo técnico no dieron declaraciones a la prensa y subieron de inmediato al autobús que los trasladó en medio de un fuerte esquema de seguridad hasta el hotel Palace Golden Tulip.
En el hotel, una centena de aficionados, muchos de ellos con camisetas de la selección española y de clubes como el Real Madrid y el Barcelona esperaban a los jugadores con gritos de “España, España, España”.
Un grupo de frevo, la principal danza folclórica del estado de Pernambuco, cuya capital es Recife, amenizó la espera de los aficionados que desafiaron la lluvia en las afueras del hotel y las sombrillas que forman parte de las coreografías se transformaron en paraguas para los danzarines.
Uno de los aficionados, vestido de torero, fue por momentos el centro de atención de las cámaras fotográficas y de televisión.
El delantero Fernando Torres firmó algunos autógrafos y el técnico saludó a los aficionados, pero ninguno de los integrantes de la selección dio declaraciones a la avalancha de periodistas nacionales y extranjeros.
Los actuales campeones mundiales y europeos tienen programada para mañana una rueda de prensa en el hotel, a las 12.30 horas (15.30 GMT), y en la noche, a las 19.00 horas (22.00 GMT), el equipo se entrenará.
España debutará el domingo en el Grupo A contra Uruguay. El día 20 enfrentará a Tahití en Río de Janeiro y el 23 a Nigeria, en Fortaleza. EFE