Santi Denia recuperó su once de gala. En el que tiene plena confianza y con el que, salvo contratiempo en forma de lesión o sanción, se mantendrá firme hasta el final de los Juegos Olímpicos que, espera, sea el 9 de agosto en el Parque de los Príncipes.
Misma convocatoria que en el debut contra Uzbekistán en busca de elevar el nivel. No creció en el juego España, pero sí en lo individual. Álex Baena y Fermín López estaban llamados a marcar la diferencia tras ser campeones de Europa con la absoluta; y el segundo apareció a tiempo, en el minuto 11.
Recuperación alta de España, con Eric García encimando y Pablo Barrios recogiendo un balón suelto, que le entregó a Fermín a 30 metros del área, quien se inventó un disparo fuerte con la zurda -es diestro- a media altura para que Japón encajase su primer tanto en todo el torneo olímpico.
Primer muro superado para una España que, sin embargo, no supo vivir tranquila con el resultado y fue Japón la que se acercó más al empate. Sobre todo en el minuto 40 de partido.
El delantero del Kashiwa Reysol, Mao Hosoya, hizo gala de una de sus grandes virtudes: el juego de espaldas, a pesar de su 1,78 metros de altura. Aprovechó su fuerza, protegió el balón ante Pau Cubarsí dentro del área y se giró para sorprender a Arnau Tenas.
Los japoneses celebraron el tanto mientras los españoles lamentaban perder la ventaja tan cerca del descanso, pero quedaba el VAR. Una revisión de tres minutos para decretar un fuera de juego milimétrico de Hosoya al recibir el balón ante Cubarsí. Hasta el colegiado de Mauritania Beida Dahane tuvo que indicar el lugar donde se reanudó el juego, en una acción que nadie reclamó sobre el terreno de juego.
Hosoya volvió a estar cerca del gol once minutos después, en el séptimo minuto de añadido de la primera parte, con un remate de cabeza que se estrelló en el palo.
Sufrió España para irse con ventaja en el marcador al descanso. Y tras los 15 minutos de parón, se agarró a Fermín para desatascar la circulación y encontrar la magia en el juego.
El centrocampista del FC Barcelona jugó a una velocidad distinta al resto. Ganando duelos en el choque, en conducción, tirando caños, filtrando balones… En uno de ellos, en el 55, se le escapó a Álex Baena la oportunidad de aumentar la ventaja, con un disparo dentro del área que cruzó en exceso.
No pudo vivir tranquila España en un partido en el que vivía en el alambre, sobre todo en las jugadas a balón parado defensivas en las que los de Santi Denia sufrieron los remates constantes de una selección nipona ocho centímetros más baja, en la media de su once titular sin contar a los guardametas (1,72 por el 1,80 de España).
Eso sí, curiosamente, a balón parado, en ataque, respiró España. Cuando volvió a aparecer Fermín. Centro de Sergio Gómez a la frontal, control de pecho del ‘11’ español, un bote de balón y disparo fuerte, esta vez con la derecha, para volver a superar a Kokubo.
Gol con el sello David Gordo, técnico asistente de la selección española, al que Santi Denia señaló en la celebración del gol; otorgándole el mérito por la jugada de pizarra.
Un 0-2 con el que Japón no dejó de creer, pero Arnau Tenas apareció para hacer su mejor parada del torneo, ganando un mano a mano en el minuto 82 a un Hosoya que, de nuevo, acarició el gol.
Un tanto que también perseguía Abel Ruiz desde el comienzo del torneo, y que acabó llegando en Lyon bajo la tormenta. El ‘9’, el capitán de la selección española olímpica, cazó un rechace dentro del área tras un error del guardameta Kokubo en la salida y marcó su primer gol del torneo.
Un 0-3 que sentenció el encuentro y que le dio el pase a semifinales a España, donde se verá las caras el lunes 5 de agosto con Marruecos por un puesto en la gran final de París el día 9.
Además, llegando a semifinales, los de Santi Denia se aseguran luchar por medallas, ya que en caso de perder frente a Marruecos, jugarían por la medalla de bronce.