Lo hace en el barrio San Francisco, asentamiento La Esperanza, donde viven unas 160 familias. Pero la ayuda va enfocada para unas 80 familias directamente.
Desde hace un par de días el goleador se puso en campaña con vecinos de la comisión para que no falte algo que comer a los más necesitados.
El menú fue variando, nos manifestó Marco, comenzaron con tortillita y mandioca, al día siguiente tallarín y para los días Jueves y Viernes Santos prepararon chipa y sopa.
“Me doy cuenta de que los más vulnerables en esta situación son los niños. Ellos prácticamente no saben lo que está pasando a nivel nacional”, explicó el deportista.
“Nuestra ayuda es para ellos, nos propusimos con mi esposa ayudarlos y después se sumó gente de una comisión de nuestro barrio. Gracias a Dios no me falta por eso me propuse ayudar a mi barrio. Hago lo humanamente posible”, expresó.
La comunidad está a pocos kilómetros del centro carapegüeño, aún así la ayuda social es prácticamente nula.