Con la experiencia adquirida de la Copa Sudamericana del 2014, donde sigue quedando en la memoria aquella histórica victoria en la Bombonera ente Boca Juniors, el Escobero llega al 2017 con muchas expectativas y sobre todo con un equipo que se mantiene en casi su totalidad, con la llegada de algunos jugadores de la talla de Carlos Bonet, Bernardo Medina, Dante López, entre otros, y que cambió de conducción con el ascenso de Diego Gavilán, ayudante de Víctor Genes, quien abandonó el club por diferencias con Óscar Barreto.
La base siempre está. Una de las cualidades de este Capiatá es que siempre mantiene el equipo inicial.
Salvo Óscar Ruiz, transferido a Cerro Porteño y Carlos Servín, que podría ir a Libertad, el resto continúa en el Escobero, que tendrá en Diego Gavilán la misión de mantener el mismo nivel que demostró en gran parte de la temporada anterior. Precisamente, una de las premisas del entrenador capiateño es conservar ese fútbol de buen toque, velocidad y contundencia en ataque. En los amistosos lo lograron.
Rumbo al grupo 4. Para llegar a fase de grupos, Capiatá deberá atravesar tres fases y ante equipos con experiencia en la Libertadores.
El primer escollo es el Deportivo Táchira de Venezuela mañana y la revancha será el viernes, desde las 21.45 (hora paraguaya), en San Cristóbal.
Si supera al equipo venezolano, en la segunda fase le tocará el Universitario de Perú. De derrotar a los peruanos en la segunda fase, en la tercera deberá medirse con el ganador de Atlético Paranaense de Brasil o Millonarios de Colombia.
Los capiateños, de atravesar las tres fases previas, irán al durísimo Grupo 4 con San Lorenzo de Argentina, Universidad Católica de Chile y el Flamengo de Brasil.