Estos nuevos asaltos se suman a los sufridos por otros miembros de la plantilla en lo que va de año, como el español Sergio Rico o el argentino Mauro Icardi.
El caso de Di María, cuyo domicilio ya fue asaltado en 2015, cuando militaba en el Manchester United, se produjo mientras el atacante argentino jugaba contra el Nantes este domingo. Advertido, el futbolista abandonó el campo y el Parque de los Príncipes.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron a EFE que, a diferencia de lo que señalaron algunos medios, la familia del argentino no fue retenida por los ladrones y que no se dio cuenta de su intromisión en el domicilio.
En el caso de Marquinhos, el jugador confirmó el robo en la casa de su padre a través de las redes sociales y que su familia se encontraba en la residencia, pero negó ningún daño personal y aseguró que “todo se quedó en un susto” que está siendo investigado por las autoridades francesas.
Según la cadena BFM TV, los ladrones se llevaron 2.000 euros en efectivo y bolsos de lujo.
Fuentes del Tribunal Judicial de Nanterre explicaron a EFE que se encarga de la investigación la Brigada de Represión al Bandidaje (BRR), una división de la Policía Nacional francesa especializada en bandas organizadas que acostumbran a recurrir al uso de armas para sus robos.
“El cálculo de las pérdidas, la investigación sobre el terreno y la audición a las víctimas están en curso”, indicaron.
Ambos sucesos han llevado al PSG a contribuir a la vigilancia de las mansiones en las que viven los futbolistas, todas ellas situadas en el oeste de la capital y que cuentan ya con importantes medidas de vigilancia de vídeo y de alarmas.
Según las fuentes, el club pagará la presencia de vigilantes en las residencias durante algún tiempo, con uno o dos agentes asignados a cada una de ellas 24 horas al día.
Algunos jugadores ya contaban con personal de seguridad propio, como el francés Kylian Mbappé y el brasileño Neymar, pero incluso en estos casos la vigilancia se verá reforzada por el club.
La intención del PSG es evitar que este tipo de incidentes afecte a la tranquilidad emocional de la plantilla en un momento clave de la temporada, en el que el club afrontará los cuartos de final de la Liga de Campeones y tratará de remontar en la liga, donde tras la derrota de este domingo es segundo de la tabla a 3 puntos del Lille.
Estos robos pueden contribuir a descentrar a los jugadores en una temporada ya muy marcada por la pandemia de coronavirus.
Ya en 2015 el PSG reforzó la vigilancia en las residencias de sus estrellas tras los atentados yihadistas que sufrió Francia y que afectaron mucho psicológicamente a los futbolistas y a sus familiares.