El ministro de Deporte de Brasil, Aldo Rebelo, aseguró este jueves que el Mundial que se celebrará en el país será el “más seguro” de la historia y minimizó la posibilidad de que se repitan las protestas que marcaron la Copa Confederaciones en 2013.
“La gran manifestación será la celebración del Mundial”, porque “en fútbol lo que importa es el propio fútbol”, declaró el ministro en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en Brasilia.
Según Rebelo, las masivas protestas de junio pasado “no fueron contra la Confederaciones”, sino por demandas de mejores servicios públicos propias en una sociedad democrática.
Admitió, sin embargo, que hay pequeños “grupos interesados en perturbar el Mundial” y consideró que si las manifestaciones son pacíficas serán legítimas, aunque si recurren a la violencia serán contenidas por la fuerza pública, dentro del marco constitucional.
“Si hay manifestaciones, serán mínimas”, insistió el ministro, quien reconoció que, en términos de seguridad, existen diversas áreas que preocupan a las autoridades.
Entre ellas, citó el aliciente que puede suponer para grupos terroristas la celebración de un evento de ese porte, pero indicó que Brasil no tiene un “histórico” de terrorismo.
Admitió, sin embargo, que “preocupa el crimen del día a día”, un apartado en el que “lamentablemente, Brasil tiene una estadística preocupante”.
También se refirió a la posibilidad de que hinchas violentos de otros países desafíen la seguridad del Mundial, pero aseguró que las autoridades “trabajan” en coordinación con otros Gobiernos a fin de reducir al mínimo esos riesgos.
Rebelo aseguró que “hay una campaña contra el Mundial de sectores desesperados y parte de la prensa”, pero insistió en que será “la Copa del Mundo más segura” de la historia, que se celebrará en un país “de paz”, “sin antecedentes de terrorismo”, “sin enclaves”, y “sin un ‘apartheid’ étnico”.
En su opinión, “el Mundial es muy fuerte y se auto-protege”, pues el fútbol es una “plataforma de inclusión”, “es universal y es del pueblo”.
En relación a los atrasos en algunos estadios, como los de Sao Paulo, Curitiba y Cuiabá, dijo que las “dificultades son visibles”, pero apuntó que también “los avances son satisfactorios” y reiteró su convicción de que estarán listos en las próximas semanas.
También garantizó que no habrá problemas con la capacidad hotelera y citó proyecciones oficiales, según las cuales se espera una tasa de ocupación de entre 50 por ciento, en Cuiabá, y 90 por ciento, en Río de Janeiro.
Sostuvo además que los aeropuertos y las aerolíneas del país responderán al aumento de la demanda que se espera entre junio y julio, cuando llegarán al país unos 600.000 turistas extranjeros atraídos por el Mundial.
Como ejemplo, indicó que durante el pasado carnaval, sólo en Río de Janeiro, Salvador y Recife hubo un movimiento de seis millones de turistas, muy superior al que se espera para el evento de la FIFA.
“La capacidad aeroportuaria supera a la demanda actual, aunque hay algunos problemas de operación que deben ser resueltos, pero no sólo por el Mundial, sino por el país”, declaró.
Explicó que, para atender a las delegaciones oficiales y a las selecciones, el Gobierno puede poner a disposición del Mundial una amplia red de terminales militares para descomprimir las operaciones en los aeropuertos civiles.
Rebelo, un reconocido militante comunista, aceptó que toda la organización del Mundial “podría haber sido mejor”, aunque apuntó con ironía que Brasil “no tiene la infraestructura de Alemania, Francia o Inglaterra, pero tampoco fue un imperio colonial”.
Sobre el posible resultado estrictamente deportivo del torneo, dijo que “la hipótesis de que Brasil no gane el Mundial no se contempla”.
Sostuvo que “Brasil tiene una excelente selección, formada por un grupo joven y ambicioso, que quiere ganar en su país, que tendrá el apoyo de su hinchada y cuenta con un entrenador de gran experiencia, como Luiz Felipe Scolari”.
También descartó que se repita lo sucedido en la final del Mundial del 1950 en el Maracaná, cuando Uruguay derrotó a Brasil por 1-2 y se alzó con el título.
“No miremos hacia atrás. El Maracanazo de 1950 fue una tragedia futbolística, pero un rayo no cae dos veces en el mismo lugar”, afirmó. EFE