El conjunto carioca, probablemente el que está más en forma de Brasil, ya tiene su mente puesta en la final de Guayaquil, que sería la segunda seguida para el club, mientras que el Vélez promete entregarse al máximo para aspirar a una remontada heroica.
Aprovechando su gran ventaja cosechada en el partido de ida, el técnico Dorival Júnior incluso se plantea la posibilidad de reservar a hombres claves como el delantero Gabriel Barbosa, porque está amonestado y no quiere correr el riesgo de que una tarjeta amarilla lo aparte de la final.
Tampoco podrá alinear el Flamengo a su defensa titular, puesto que David Luiz y Léo Pereira están sancionados, algo que no preocupa en uno de los equipos con mayor profundidad de banquillo de Brasil.
Quien sí estará en el Maracaná es Pedro, pesadilla del Vélez en Liniers por los tres goles que anotó en el partido de ida y quien lidera en solitario la clasificación de goleadores de la Libertadores con once tantos.
El Vélez llega a Río de Janeiro como penúltimo en la liga argentina, después de perder este fin de semana ante el Newell’s, un resultado adverso que genera más turbulencias tras el varapalo de la goleada ante el Flamengo.
En Río de Janeiro, el equipo argentino estará arropado por un grueso número de hinchas, que le exigirán plantar cara y ser más competitivo que hace una semana.
Pero remontar cuatro goles es algo más que un auto de fe, sobre todo en las circunstancias del equipo, que en la liga argentina lleva trece partidos seguidos sin conocer el triunfo.