Esta 40 edición, la décima que se lleva a cabo en Sudamérica después de que problemas de seguridad obligasen a trasladar la prueba del norte de África, será más densa, más larga de lo habitual, con salida en Lima, descanso en La Paz y llegada en la localidad argentina de Córdoba, considerada la capital del motor de la región.
“Mucha arena, mucha altura y mucho calor”, resumió el director deportivo de la prueba, el español Marc Coma, quien presentó la competencia en un acto en París junto a Etienne Lavigne, responsable del Dakar.
Lavigne destacó la relación “especial” que ha entablado la prueba con los aficionados sudamericanos y constató que “el entusiasmo” por esta competencia, presentada hoy en París, sigue “intacto”.
“El entusiasmo está intacto y el éxito popular está asegurado”, dijo Lavigne, quien realzó el estreno en la competición del piloto de motos español Jonathan Barragán.
Se trata de la tercera vez que viaja a Perú -la primera en cinco años-, y repetirá con Bolivia, que albergará la prueba por quinta vez, y Argentina, la parada imprescindible en todas las ediciones sudamericanas.
De entre las 14 etapas, destaca la dureza de la quinta, entre San Juan de Marcona y Arequipa, en las que los pilotos se enfrentarán a montañas de dunas durante 30 kilómetros. En la segunda semana, serán claves la octava etapa, entre Uyuni y Tuzipa, ya en territorio boliviano, y en Argentina la duodécima, en las dunas de Fiambalá y la decimotercera, entre San Juan y Córdoba, donde finaliza el día 20.
En esta edición, como en la anterior, las modificaciones en el reglamento que favorecen la navegación y refuerzan la necesidad de orientarse siguen en pie.
Una apuesta valorada por el piloto español Joan “Nani” Roma (Mini), ganador del Dakar en 2004 en motos y en 2014 en coches y presente hoy en París.
“El tema de la navegación es difícil, lo de no ver la flecha complica el trabajo a los copilotos, es un estrés añadido”, asumió Roma, quien, no obstante, reconoció que el pasado año ese sistema le agradó. Representantes gubernamentales de los países por los que pasará el Dakar realzaron en París el impacto positivo de la prueba, sobre todo en la visibilidad.
“Es una exhibición del país a nivel mundial, con 190 millones de espectadores. La imagen es fundamental, el movimiento económico es importante”, aseveró el ministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú, Eduardo Ferreyros, quien calculó el impacto en el país en 350 millones de dólares.
Por su lado, la ministra de Culturas y Turismo de Bolivia, Wilma Alanoca Mamani, estimó que los cuatro días en los que la carrera del Rally Dakar pasará por el país andino tendrán un impacto económico de unos 140 millones de dólares.
“El Dakar tiene una carga de revolución del turismo, que es lo que nos interesa impulsar”, expuso la ministra. Por Argentina, asistió el subsecretario de Estado de Turismo, Fernando García Soria, quien destacó “el enorme dispositivo de seguridad” alrededor de toda la prueba, estimado en unos 20.000 efectivos entre policías y militares. EFE