El Manchester City evitó una final de la Copa de Inglaterra con duelo de técnicos españoles en los banquillos y se clasificó para el encuentro decisivo tras ganar 1-2 al Chelsea de Rafael Benítez.
El entrenador español aspiraba a repetir la hazaña de Roberto Martínez, que un día antes metió al Wigan en la final tras derrotar al Millwall. El Chelsea tenía en sus manos ofrecer un duelo con mucho colorido español, pero al final el City se encargó cerrar la puerta a un éxito total para los dos técnicos.
La decepción para los hombres de Benítez fue doble. Primero, no alcanzaron la final. Segundo, una de sus opciones de salvar la temporada se fue al limbo. Todavía tiene la Liga Europa, pero en la Premier no tiene opciones.
En las mismas andaba el Manchester City que sólo podía lograr la Copa después de fracasar en la Liga de Campeones y en la competición de la regularidad. Por eso, la victoria ante el Chelsea es balsámica.
Comenzó fuerte el equipo de Roberto Mancini, con una ocasión del marfileño Jaja Touré al principio del duelo que a punto estuvo de sorprender a Peter Cech, que poco después tuvo que emplearse a fondo para salvar un disparo del argentino Carlos Tévez.
El Chelsea, metido atrás, con poca participación de su sala de máquinas creativa encabezada por el español Juan Mata, parecía estar esperando el tanto del City. Sólo a balón parado creaba peligro, no había otra forma, y, antes del primer tanto, tuvo su única oportunidad clara de la primera parte cuando Kompany sacó bajo los palos un disparo de Hazard.
Era inevitable el tanto del City, y éste llegó en el minuto 35 en una jugada extraña, con un poco de fortuna, y que no desaprovechó Samir Nasri para subir el primer gol al marcador. Mata pudo empatar instantes después, pero fue un espejismo de otro carrusel de oportunidades que cerraron un primer acto marcado por el dominio del equipo de Mancini.
El paso por los vestuarios tampoco sentó bien al Chelsea, que seguía sin despertar y en un suspiro recibió el segundo, obra de Sergio “Kun” Agüero, que remató de cabeza a la escuadra un centro desde la banda derecha. El argentino anda fino, hace menos de siete días marcó otro gran tanto al Manchester United. Parece en forma.
Con el partido muy bien encauzado para el equipo de Mancini, el City se echó un poco atrás y cedió terreno en los últimos 25. A punto estuvo de pagarlo, porque en el 66 apareció Demba Ba para recortar distancias con una semichilena espectacular. Llegaba la incertidumbre al marcador y el Chelsea iba a dar batalla.
Sin embargo, al final, pese a la salida de Fernando Torres, que reclamó un penalti al final, el Chelsea murió en la orilla de la remontada y Roberto Martínez se quedó sin un compañero español de banquillo para la última batalla. El Manchester City será un rival incómodo para el Wigan. Necesita ganar la final para salvar la temporada. Eso es peligroso. EFE