Cuando los portones para el acceso a la itinerante villa del Dakar se entreabrieron, una familia debidamente acreditada con anticipación se predispuso a para que mientras otros llegaran al disfrute de la fiesta, ellos se pongan a sudar la gota gorda.
Con su carrito movido a tracción humana, la familia Gauto se alistaba para buscar por la vía de la venta de palomitas de maíz un impulso económico importante que les permita arrancar el 2017 con todo.
D10 habló con don Gauto, el jefe del linaje laboral, y esto fue lo que dijo.
Al igual que los Gauto, otras familias paraguayas se las ingenian al rededor del lugar que congrega a un centenar de amantes del automovilismo, el Dakar Village, que por primera vez en la historia se encuentra en Asunción. El movimiento es incesante, la historia se está haciendo.