Tras un inicio de rally discreto, ha salido en escena en las etapas en suelo argentino y ha asumido un protagonismo acorde a su caché como piloto.
Con la ausencia del español Marc Coma, las quinielas para la prueba de motos apuntaban al francés como gran favorito para repetir el triunfo de 2012.
Pero hay gente que no lo tiene tan claro. Uno de ellos es David Castera, director deportivo del rally.
Castera sostiene que, contrario a lo que pueda parecer, la baja de Coma puede ser un problema para el galo, que pierde su gran referencia en el rally y tendrá que estar pendiente de pilotos con los que no se codea con asiduidad.
Y las primeras etapas parecieron darle la razón a Castera. Despres no se perdía ni cometía errores decisivos, pero tampoco aparecía como el piloto intratable de otros rallys.
Algunos pilotos de la caravana comentaban, medio en serio medio en broma, que Despres echaba de menos a Coma. Que no sabe competir sin la sombra de su gran rival.
Pasó sin pena ni gloria las primeras jornadas, siempre entre los diez primeros pero sin deslumbrar, hasta la séptima etapa, entre Calama (Chile) y Salta (Argentina).
Despres dañó la caja de cambios de su KTM y recorrió un puñado de kilómetros sin poder encajar la quinta marcha, lo que también le daño el motor.
Ese día perdió más de trece minutos. La avería sería una anécdota más de no ser porque esa etapa era la jornada maratón para las motos.
Los motoristas llegaron a un campamento levantado sólo para ellos, sin asistencia mecánica de sus equipos. Contaban con algunas herramientas para hacer algún pequeño arreglo antes de empezar la siguiente etapa.
Ante este panorama, Despres y su equipo tomaron la decisión más realista: cambiar el motor dañado por el de otro piloto para encarar con garantías la segunda mitad del rally.
El motor elegido fue el del polaco Marek Dabrowski, también de KTM. Despres, que trabajó de mecánico hace años, se puso manos a la obra e hizo sin dificultad la reparación.
El cambio le supuso una penalización de quince minutos, tal y como establece el reglamento. El galo quedaba a casi 25 minutos del líder, pero la moto estaba lista para correr.
El resurgimiento llegó en la novena etapa, entre San Miguel de Tucumán y Córdoba, en Argentina. El desierto había quedado atrás y era el turno de pistas rápidas y de mucho trajín encima de la moto, muy a la medida de Despres.
El galo obtuvo su primer triunfo de etapa y se acercó al líder, que, para su suerte, era su ‘mochilero’, el portugués Ruben Faria. Al luso le faltó tiempo para ponerse al servicio de Despres y gritar a los cuatro vientos que su único objetivo es que su colega se haga con su quinto Dakar.
Y Despres sólo tardó un día en encarrilar el asunto. En la etapa de este martes quedó segundo, por detrás del veloz Joan Barreda, quien no había dudado ni un segundo que el galo es el principal candidato para ganar.
“Sabíamos que Despres iba a estar ahí porque es un piloto rápido como el que más y a la vez sabe leer todas las situaciones. Es muy constante y no falla nunca”, indicó Barreda.
Quedan cuatro etapas y Despres ha puesto ya la quinta marcha. Sólo el chileno Francisco ‘Chaleco’ López parece con posibilidades de arruinarle la fiesta. Las dos próximas etapas, en Fiambalá (Argentina) y Copiapó (Chile) pueden decidirlo todo.