Por Juan Pintos Sumi - @elbuenJuane
Un comienzo demoledor de LeBron James y un antológico tercer cuarto de Kyrie Irving invitaban a soñar a toda la ciudad, pero un dormido Kevin Durant despertó en el último cuarto y con un triple en la cara de LeBron sacudió las redes para revertir el resultado adverso y convertirse en la pesadilla de todo Cleveland, que dominaba por 6 puntos a falta de dos minutos y terminó perdiendo 118 a 113.
Un inédito 15-0 en los Playoffs y 3-0 en las finales. Se acabó, los villanos de Golden State Warriors están a un paso de su segundo anillo. ¿Serán capaces de barrer o no? Los GSW son capaces de todo, una nueva dinastía se está forjando con un equipo que no supera los 30 años de edad.
Foto: EFE
EL DÍA 3
¿Será la noche de Iman Shumpert y J.R. Smith?, ¿explotará su máximo potencial el Big 3 de Ohio?, ¿habrá un sexto hombre sorpresa?, ¿encontrará el equipo de Cleveland la manera de frenar el fastbreak o seguirá intentando igualar el ritmo de los Warriors?
Nos cuestionábamos más cosas del lado de Cleveland porque conscientes estábamos de lo que eran capaces los visitantes. El reto estaba del lado local. Cualquier respuesta sería especulación por lo que solo nos restaba esperar, ver y disfrutar del juego para disipar todas las dudas.
“Ahora es cuando comienzan las finales”, manifestaba LeBron James en la antesala al juego 3, quien ese mismo día cumplía 10 años de sus primeras finales, donde fue barrido por los San Antonio Spurs promediando 44 minutos y unos tímidos 14 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias y 1 robo.
Ni el analista más experto ni la reencarnación del propio Nostradamus se atreverían a vaticinar un posible resultado para el primer juego de las finales en Cleveland, considerando que el factor diferencial es Kevin Durant y que el año pasado la serie iba 2-0 a favor de los Warriors y acabaron ganando los Cavaliers.
CLEVELAND: DEFENDER LA TIERRA
“Defend the Land” era la frase de guerra de los Cavaliers, quienes buscarían proteger Cleveland de la invasión de los tiranos Warriors de Golden State. Llegada la hora del enfrentamiento, los Caballeros del Rey LeBron se alineaban para defender la tierra prometida y animar un verdadero combate que prometía ser de magnitudes medievales. El Rey LeBron no estaba solo, junto a él su pueblo lo acompañaría y llenaría el Quicken Loans Arena con 20.562 personas.
Del otro lado, en el horizonte se veían a los despiadados guerreros de la bahía, encabezado por Kevin “la muerte” Durant quien llegaba con su guadaña al hombro, a su lado Klay “la escopeta” Thompson cargado de pólvora buscaba una chispa que lo alimente, mientras que Steph Curry –el asesino con cara de niño– buscaba con quien jugar esta noche y la bestia negra Draymond Green con los ojos hirviendo de ira mostraba los dientes y gruñía sin decir una sola palabra. Cavaliers vs Warriors, Caballeros vs Guerreros, el juego de tronos comenzaba.
Tristan Thompson y Zaza Pachulia disputaban el salto inicial. Nuevamente los Warriors eran dueños de la primera posesión, pero luego de un triple fallido de Green fue Irving asistido por James quien se encargó de abrir el marcador. A los un minuto de juego J.R. Smith ampliaría la ventaja con un triple, los Cavs comenzaban el juego en casa con un 5-0. En un pestañear de ojos Klay y Durant revertirían el resultado con un triple para cada uno, 5-6 para los Dubs, señal de que nadie regalaría nada y la batalla sería sangrienta.
Pasado los primeros 5' el Rey LeBron se mostraba implacable con 9 puntos y 2 asistencias, encestando 4 de sus 5 intentos, acompañado de su escudero más pandillero J.R. Smith quien anotaba 2 triples en 2 intentos. Durant desplegaba un juego tan perfecto e inevitable como la muerte, llevaba 8 puntos y 100% de efectividad. Al término del primer parcial la escopeta Thompson lideraba el ataque y disparaba a matar con 4 triples.
En éste combate épico el Rey LeBron no podía darse el lujo de descansar. Antes de terminar el primer cuarto llevaba una ventaja de 2 puntos, al sentarse a respirar sus Cavs se quedaban sin pulmones y los Warriors los fumaban vivos hasta reducirlos a cenizas con una racha de 10-0, para dejar los primeros 12 minutos de juego a su favor por 39 a 32. Definitivamente la segunda unidad de los Cavaliers sin James no sirve para nada.
WARRIORS Y LOS TRIPLES: UNA PRECIOSA HISTORIA DE AMOR
Los Splash Brothers –Stephen Curry y Klay Thompson– son una dupla de francotiradores, siameses unidos por la misma muñeca, anotadores compulsivos y venenosos desde el perímetro. Justamente su mayor virtud les hace encarar las finales sin variar el plan: defienden, rebotean y corren hasta el perímetro buscando el tiro abierto –o con marca– sin importar el resultado ni quien esté enfrente.
La noche de ayer no fue una excepción, los villanos de la bahía nuevamente dieron un espectáculo desde el perímetro y luego de haber metido 12 triples en el primer juego, superaron el récord de mayor cantidad de triples en finales con 18 en el Game 2. Anoche, terminaron superando el récord con más triples en un cuarto, con 9 unidades en los primeros 12 minutos de juego, una cifra asombrosa, tan efectiva y tan ratificada por este equipo que están marcando tendencia en la Liga. Final: 16 triples y una eficiencia de 48.5%.
IDA Y VUELTA
No se podía pestañear, no desaprovechaba ningún segundo, con idas y vueltas sin descanso el combate se disputaba a un ritmo tan frenético que si uno cerraba los ojos podría escuchar el ruido de la cabalgada de algunos caballos. El segundo cuarto comenzó con una volcada de James y un run de 7-0 a favor de sus Cavaliers. 39-39 y el juego daba taquicardia. La paridad se dio hasta casi el cierre de la primera mitad, donde los Warriors iban arriba por 59 a 57 a falta de 1:31.
Más que la paridad y contención de sus adversarios, el mayor logro de los Cavaliers fue robar faltas a Pachulia y Green, con 3 cada uno. En caso de duda, todos los cobros arbitrales favorecían a los locales. Green pierde la cabeza en una jugada donde Irving en la defensa le comete una falta de manual, pero los árbitros pitaban falta ofensiva a Green, en la siguiente jugada en defensa Green comete una supuesta falta defensiva –su tercera de la noche- y explota, ganándose una falta técnica y el banquillo.
Los Warriors encontraban espacios haciendo un buen trabajo de movimiento sin balón mientras que LeBron dominaba todo el territorio. La primera mitad termina con James liderando a los Cavs con 27 puntos e Irving con 17, el resto del equipo sumaba 17 puntos (3 de 14 intentos). Del otro lado, Klay, Durant y Curry sumaban 21, 16 y 14 respectivamente.
TERCER CUARTO CLAVE Y UN KYRIE IRVING SIDERAL
Si uno rechaza la falta de carisma y no gusta de la cara y la actitud de LeBron James, Kyrie Irving es el motivo por el cual muchos desean el bien a Cleveland, el basketball agradece a Uncle Drew por tan antológica exhibición de juego, en un tercer cuarto que quedará retenido en el recuerdo luego de tan brillante exposición que nos regaló el base australiano, puro corazón y talento.
Por primera vez en toda la serie, los Cavaliers se ponían en ventaja en el tercer cuarto, hasta el juego 2 solo habían liderado en el marcador en los primeros minutos del cuarto inicial.
Los Cavs arrancaban los últimos 12 minutos con una ventaja de 5 puntos que lo supieron proteger hasta los últimos 3 minutos finales, cuando J.R. Smith encestaba un triple y sumaba sus 16 puntos. Cleveland iba arriba 113 a 107 y pereciera que iría a repetir la misma historia del Game 3 de las finales pasadas. Nadie se imaginaría que desde ahí y hasta el final, nunca más anotarían.
Con los Cavaliers arriba por 6, Durant fracasaría en un intento de triple. En la respuesta J.R. Smith haría lo mismo desde la otra zona, del error LeBron corregía y tomaba un valioso rebote ofensivo que no sería aprovechado por Kevin Love, y pronto Curry descontaría la diferencia a cuatro a falta de 2 minutos para el final.
Seguidamente, Irving y LeBron fallarían un tiro cada uno y fue entonces cuando Kevin “La Muerte” Durant despertaría de su siesta para convertirse en la pesadilla de todo Cleveland.
Una penetración y volcada de KD dejaría las cosas 113 a 111 entrando a 1:13 del final, Tyronn Lue sentía el olor fúnebre y solicitaría tiempo muerto para revivir a los suyos. Faltando 52 segundos LeBron James ante la marca de Draymond Green (condicionado con 5 faltas personales) no encararía el aro y pasaría el balón a Kyle Korver, quien fallaría el triple de su vida. Durant tomaría el rebote y llevaría el balón al borde del perímetro para lanzar un triple en la cara de LeBron, quien no intentó puntear el lanzamiento. La muerte no perdona.
"¡Kevin The Death Durant for the win! ¡BAAAANG!” Warriors 114 – Cavaliers 113.
Como dictamina la frase: “La muerte está tan segura de su victoria, que da toda una vida de ventaja”. Kevin lo hizo y espero que la vida se desarrolle para luego matar, 7 puntos seguidos de KD en el último minuto. El resto es historia, Cleveland descansa en paz, sus restos yacen en una pista de basket.
Jaque mate. Cuando muere un reinado nace otro, bienvenidos al de Kevin Durant y el estado dorado de los Warriors.