La Universidad de Chile tendrá que apelar la próxima semana a la épica, que ya conocen sus jugadores, para remontar en la capital chilena el resultado adverso en Buenos Aires por culpa de los goles del uruguayo Santiago Silva y el argentino Juan Sánchez Miño.
La U de Chile superó los octavos de final pese a ser goleada por 4-1 el 5 de mayo pasado en la cancha del Deportivo Quito y gracias a la paliza por 6-0 que siete días después le propinó al mismo rival en Santiago.
La fama de equipo duro de la U también quedó refrendada en la fase de cuartos de final ya que en la ida empató 1-1 en cancha del Libertad y en casa, pese a terminar con idéntico resultado, se impuso a los paraguayos por 5-3 en una tanda de penaltis.
Dos antecedentes para alertar al entrenador Julio César Falcioni sobre los riesgos de una euforia desbordada por el resultado cómodo de este jueves.
Otro dato que debe tener en cuenta Falcioni es que el entrenador de la U, su compatriota Jorge Sampaoli, es un declarado hincha del River Plate, el más enconado rival del Boca, y recientemente confesó a la prensa chilena que su sueño es atravesarse en el camino del ‘xeneize’.
Para remontar la desventaja de hoy y obtener el pase directo en el partido decisivo del 21 de junio, la U está obligada a ganar, como mínimo, por 3-0. También debe evitar a toda costa un nuevo gol del equipo argentino, para neutralizar el valor agregado que adquieren los marcados en condición de visitante. EFE