Murray consiguió su vigésimo segundo título en la ATP de forma muy sencilla y no perdió un solo punto en sus tres primeros juegos con servicio.
Otro dato de la absoluta superioridad del jugador escocés fue que consiguió nueve juegos de forma consecutiva, desde el 2-1 del primer set hasta el 4-0 que registró el marcador en el segundo.
Con esta victoria, Murray afronta el Abierto de Australia con la moral a tope y con la vista puesta en el título que ya se le escapó en dos ocasiones en las que accedió a la final.
La influencia de Iván Lendl, su nuevo entrenador, parece que está siendo muy positiva para el británico, que en Brisbane arrasó a cuantos rivales le salieron al paso.