“Es una final y las finales se ganan. Nos costó mucho llegar hasta aquí, el equipo está bien y es un resultado que se puede revertir. Es un gol, tenemos que tener paciencia y trabajarlo bien”, dijo Almirón en rueda de prensa.
“Veo gran euforia en la gente y mucha confianza. Confían en que el equipo lo va a remontar. Seguramente el estadio va a estar lleno, va a ser una fiesta y el equipo va a estar a la altura de la final”, añadió.
El entrenador reveló que “la única duda” que tiene es en la defensa ya que Diego Braghieri no podrá jugar por acumulación de amarillas.
Lo más probable es que su lugar sea ocupado por Marcelo Herrera.
Otra alternativa es que Maximiliano Velázquez sea zaguero y que Nicolás Pasquini juegue como lateral por la izquierda.
“Tengo un día más para probar y juegue quien juegue lo hará bien. Es la única duda, el resto no se toca”, aseveró Almirón.
Para el entrenador, la clave será “no desesperarse” y “ser pacientes”.
“Son 90 minutos muy importantes. Tenemos que hacer un partido inteligente. No puedo asegurar el resultado pero vamos a dar todo. Estoy convencido de que el equipo estará a la altura. Ya lo demostró en esta Copa”, afirmó.
El portero, Esteban Andrada, aseguró hoy al diario deportivo Olé que los jugadores de Lanús están confiados.
“No quiero despertar de este sueño. A todo el grupo le costó muchísimo llegar a esta instancia. Nos dieron muchas veces afuera de esta Copa y salimos a flote. Tenemos fe en que podemos pasar”, sostuvo.
“En Brasil hicimos un buen partido, no pasamos sobresaltos, pero nos convirtieron en una de las pocas situaciones que nos crearon y ahora debemos ganar en casa”, agregó.
Lanús recibirá a Gremio este miércoles a las 20.45 local (23.45 GMT) con la intención de consagrarse campeón de la Copa Libertadores por primera vez en su historia.
El ‘Granate’ postergó su partido de este fin de semana ante Godoy Cruz por la Superliga Argentina para concentrarse en la final de la Libertadores. EFE