Entre las 6.00 y 7.00 horas del lunes 25 de enero del 2010 llegaba a Paraguay la noticia de que la máxima estrella que tenía la Selección Paraguaya, Salvador Cabañas, el Mariscal de la Albirroja, había recibido un balazo en la cabeza. La información impactó a todo el país y recorría el mundo.
Este viernes se cumplen 3 años de aquel fatídico día y hoy el milagro sigue vigente, con un Salvador Cabañas que se encuentra cada día mejor, siguiendo adelante con su vida.
Fueron largos los días, desde el momento en que su estado era gravísimo, en el hospital Los Ángeles de México, y corrían los rumores de que su partida era solo cuestión de tiempo; hasta el momento en que apareció por primera vez en televisión, luego de menos de dos meses, diciendo: “Estoy muy contento de estar vivo y estar casi recuperado. Muy pronto vamos a estar otra vez en las canchas”.
Fue el primer gran impacto para todo el mundo, Cabañas, con la bala alojada en la cabeza (como hasta hoy) era el milagro vivo que demostró que todas las oraciones no fueron en vano. Miles de personas se agolparon al Defensores del Chaco para clamar por su vida desde la distancia.
La segunda muestra, que causó tanto asombro como emoción en todos los paraguayos y los amantes del fútbol de todo el mundo, se dio en cuando fueron captadas unas imágenes que nadie esperaba: la de Cabañas jugando al ping pong.
Pero ese solo el principio del milagro, con su traslado a la clínica Fleni, de Buenos Aires, fue aún más amplia su recuperación. Sus ganas de vivir y de volver a las canchas, como lo repetía siempre, permitieron que El Mariscal siga sorprendiendo al mundo.
Las imágenes de su recuperación causaban cada vez más asombro. El 25 de marzo del 2010, tan solo 2 meses después de estar al borde de la muerte, el goleador ya se encontraba pateando balones.
Así corrieron los días y el 23 de mayo del 2010 Salvador recibía el alta y retornaba al Paraguay.
El Chava, como lo conocían en México, volvió a la ciudad donde casi pierde la vida en agosto del 2011. En el mítico estadio Azteca vistió la camiseta del América y la Albirroja, en un encuentro donde ambos combinados homenajearon al Mariscal.
Pero Cabañas no solo se enfrentó a los problemas de salud; luego surgieron los problemas judiciales con su representante José María González, quien inclusive pasó varios días en el penal de Tacumbú.
Todo fue superado por Salvador, quien cumplió con su palabra y volvió a las canchas con el club que lo vio nacer, el 12 de Octubre de Itauguá, con el que se consagró campeón en setiembre del 2012 y ascendió a la categoría Intermedia.
Hoy Cabañas sigue adelante, mostrándose cada vez más lúcido y con ganas de alcanzar cada vez mayores objetivos. Dejó Asunción tras la separación de su esposa y volvió a sus raíces, en Itauguá, acompañando a sus padres en su panadería y trabajando de forma humilde en la casa.